Reportaje:

La Sinfónica del Sur

Leganés es el primer municipio de la región que cuenta con una orquesta estable

Leganés, con 170.000 habitantes, se ha convertido, de la mano (le la Escuela Municipal de Música Pablo Casals, en la primera localidad de la región que cuenta con una orquesta sinfónica propia. Sus componentes son 60 músicos aficionados, profesores y alumnos de la escuela, que bajo la batuta de su director, Manuel Rodríguez Sales, han hecho realidad un viejo sueño que le ha sido negado incluso al propio Conservatorio Superior de Música de Madrid.

La orquesta se presentó el pasado 23 de enero, como colofón a los actos con los que la escuela Pablo Casals ha conmemorado durante los dos últ...

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Leganés, con 170.000 habitantes, se ha convertido, de la mano (le la Escuela Municipal de Música Pablo Casals, en la primera localidad de la región que cuenta con una orquesta sinfónica propia. Sus componentes son 60 músicos aficionados, profesores y alumnos de la escuela, que bajo la batuta de su director, Manuel Rodríguez Sales, han hecho realidad un viejo sueño que le ha sido negado incluso al propio Conservatorio Superior de Música de Madrid.

La orquesta se presentó el pasado 23 de enero, como colofón a los actos con los que la escuela Pablo Casals ha conmemorado durante los dos últimos meses su vigésimo aniversario. Esa noche, en la iglesia de San Salvador hubo un público tan poco entendido como caluroso y entusiasta, algo que ya destacó en septiembre de 1991 el británico Robert Kings, director del King's Consort, después de actuar en ese mismo marco.La orquesta sinfónica era el gran sueño de Rodríguez Sales, un valenciano que hace 20 años se trasladó a la zona sur de Madrid para infundir su amor por la música. "Era uno de esos deseos íntimos que uno lleva muy dentro desde hace tiempo y que sueña poder realizar, a pesar de las grandes dificultades que presenta el proyecto", explica.

La mayor parte de los músicos son estudiantes de la propia escuela, con edades que oscilan entre los 16 y 20 años. También existen algunos profesores, como los solistas del primer concierto, la flautista Ana Belén Gil, que cursó sus estudios en la Pablo Casals y que ahora da clases en Aranjuez, y los violinistas iraníes ,Farhad Solirabi y Afi Reza Hariripour, maestros de la escuela de Leganés.

Han sido necesarias muchas horas de ensayo. Era difícil incluso fijar la hora de los mismos, porque, según Rodríguez Sales, "cuando diez podían, otros diez tenían que faltar". Tras su presentación, la orquesta ya baraja ofertas para actuar en el vecino Alcorcón y en Alberique, el pueblo natal del director.

Embajada cultural

Para Rodríguez Sales, el futuro de estos conciertos está ligado a, las dificultades económicas que suponen los desplazamientos. "Lo que me gustaría es -que el Ayuntamiento y el pueblo de Leganés se den cuenta de que es, una embajada cultural importante y, la apoyaran para que se conociera su labor".La escuela de música de Leganés mantiene este año unas 1.000 matrículas, una treintena de alumnos en cuerda y un buen número de agrupaciones, como la banda de cometas, tambores y gaitas, la Banda Municipal, la Coral Polifónica y la Orquesta de Cámara. Con las figuras de estas agrupaciones, surgidas en estos últimos 20 años, Rodríguez Sales ha creado la base de la Sinfónica.

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En Leganés falta, sin embargo, un lugar donde programar conciertos. No existe auditorio y la iglesia de San Salvador se va quedando pequeña después de muchas noches de música.

En el concierto de la Sinfónica, los músicos se agolpaban frente al altar mayor, justo de tras del magnífico retablo de Churriguera. Unas 1.000 personas llenaban los bancos y los pasillos: familias completas, incluso con bebés, y asiduos a la música clásica.

Para Ramón, un jubilado del casco antiguo del municipio, lo importante es apoyar "a una orquesta que es de Leganés". Daniel, un joven alumno de la Pablo Casals, se quejaba en el descanso de que la gente no dejara de moverse, de entrar y salir por la puerta y de levantarse mientras los músicos ejecutaban algún movimiento. No obstante, los comentarios más frecuentes reflejaban las malas condiciones del templo para la música: "Es una pena que la iglesia esté en obras". El concierto es tuvo a punto de aplazarse por los trabajos de rehabilitación en los dos retablos laterales de San Salvador. Los músicos tocaron piezas de Gluck y Bach, las Goyescas de Granados y el Bolero de Ravel en medio de dos grandes andamios que llegaban hasta los arcos de la iglesia. Sin embargo, fue un éxito.

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