"Aguantando mecha"

Rodeada de campos de naranjos, la discoteca Coolor dista unos 300 metros de Picassent, localidad vecina de Alcàsser. Tiene tres ambientes: la pista, donde se baila frenéticamente; una oscura terraza, allí recalan los exhaustos y las parejas se besan, y un segundo piso, donde se asientan los mirones. "Aquí sin problemas, aguantando mecha", dice el portero de la discoteca, al que llaman Roger, de Rogelio, pero con acento inglés. Lo mismo piensan los mazas de rostro pétreo que recorren la sala. "Estamos preparados para cualquier eventualidad", gruñe uno, mientras resuena...

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Rodeada de campos de naranjos, la discoteca Coolor dista unos 300 metros de Picassent, localidad vecina de Alcàsser. Tiene tres ambientes: la pista, donde se baila frenéticamente; una oscura terraza, allí recalan los exhaustos y las parejas se besan, y un segundo piso, donde se asientan los mirones. "Aquí sin problemas, aguantando mecha", dice el portero de la discoteca, al que llaman Roger, de Rogelio, pero con acento inglés. Lo mismo piensan los mazas de rostro pétreo que recorren la sala. "Estamos preparados para cualquier eventualidad", gruñe uno, mientras resuena Me duele la cara de ser tan guapo, del grupo Los Inhumanos.El tema de más éxito en Coolor es Do you really want me back (¿Quieres que vuelva realmente?), de Broken English. Cuando suena es la locura. La pista se llena de humo y las lucecitas de color giran desbocadas. Es el momento en el que el pinchadiscos grita: "A partir de las ocho y media, ya sabéis, martinis a cinco duros". La respuesta -un "¡yeah!"no se hace esperar.

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"Mira, lo que no se puede hacer es pasarse el día en la iglesia. Nosotras siempre hemos venido y seguriremos haciéndolo. Ahora bien, a los culpables que los cuelguen", dice Antonia. Sus amigas asienten. Tienen un whisky en la mano y mucha marcha en el cuerpo. "Podríamos haber sido nosotras", dicen.

"El problema son los padres. Asocian la discoteca con lo sucedido. A muchas amigas no las dejan venir. La mitad de las que acuden no dicen nada en casa", indica Ana Belén, de 15 años.

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