El jefe del Parlamento ruso se opone a un referéndum y pide elecciones anticipadas

Los máximos representantes del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial de Rusia han quebrantado el pacto que suscribieran el pasado diciembre para celebrar un referéndum constitucional el próximo 11 de abril sobre la delimitación de sus respectivos poderes. Tan sólo el presidente, Borís Yeltsin, secundado por los sectores reformistas radicales, parece hoy dispuesto a celebrar tal consulta, que otros muchos sectores políticos consideran desestabilizador.

Valeri Zorkin, el presidente del Tribunal Constitucional, y Ruslán Jasbulátov, el jefe del Parlamento ruso, se han pronunciado en contr...

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Los máximos representantes del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial de Rusia han quebrantado el pacto que suscribieran el pasado diciembre para celebrar un referéndum constitucional el próximo 11 de abril sobre la delimitación de sus respectivos poderes. Tan sólo el presidente, Borís Yeltsin, secundado por los sectores reformistas radicales, parece hoy dispuesto a celebrar tal consulta, que otros muchos sectores políticos consideran desestabilizador.

Valeri Zorkin, el presidente del Tribunal Constitucional, y Ruslán Jasbulátov, el jefe del Parlamento ruso, se han pronunciado en contra del plebiscito y a favor de elecciones legislativas anticipadas. Zorkin se acaba de pronunciar a favor de retrasar el referéndum, establecer una moratoria para aprobar la nueva Constitución y celebrar elecciones legislativas y presidenciales anticipadas en 1994. En unas declaraciones a Komsomlskáya Pravda, Zorkin dice tener miedo a que "el derecho del pueblo a un referéndum pueda ser utilizado para convertir al pueblo en un arma de la demagogia".Junto con Jasbulátov y Yeltsin, el presidente del Tribunal Constitucional fue uno de los firmantes del compromiso que canalizó las tensiones irreconciliables surgidas entre el presidente de Rusia y Jasbulátov durante el Congreso de los Diputados de Rusia, en diciembre de 1992. Sin embargo, el plebiscito resulta un evento problemático que, o bien planteará a los ciudadanos una pregunta inofensiva y ambigua o bien les enfrentará a la elección entre una república presidencial y una república parlamentaria. Si un referéndum para salir del paso resulta inútil y caro, un referéndum clarificador resulta peligroso y menos eficaz que plantear ya directamente las elecciones anticipadas.

Petición de moratoria

Jasbulátov se ha expresado también críticamente en relación al referéndum, y un grupo de parlamentarios rusos ha comenzado ya a recoger firmas para convocar a finales de febrero o principios de marzo un Congreso extraordinario de los Diputados, con el fin de declarar una moratoria sobre el referéndum, según informaba ayer el diario Rossiskaia Gazeta. Los diputados cuentan, según este periódico, con el apoyo de Zorkin. Para celebrar un congreso extraordinario se necesitan las firmas de 350 parlamentarios. Los iniciadores, de la recogida de firmas son partidarios de elecciones anticipadas en 1994, es decir, un año antes de lo previsto.Haciendo caso omiso de las voces que se elevan hoy contra el referéndum, Yeltsin firmó el martes una disposición para asegurar la celebración de la consulta, según informó ayer el servicio de prensa presidencial a la agencia Itar-Tass. Las medidas, incluidas prevén la formación de una comisión gubernamental, dirigida por el viceprimer presidente del Gobierno, VIadímir Shumeiko, para coordinar los órganos de poder ejecutivo que organicen el referéndum.

Más prisa que nadie en los planteamientos de unas elecciones anticipadas ha mostrado el ex presidente de la URSS, Mijail Gorbachov, quien, en una entrevista con Literaturnaia Gazeta, se muestra en contra del referéndum y a favor de celebrar elecciones anticipadas este verano.

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