Cartas al director

La Unión Europea

Ahora que ha comenzado el año del mercado único y la plena integración española en Europa; ahora que ya han acabado los fastos del 92 y se nos anuncia un nefasto 93, pese a ser euro-ricos; ahora que por fin nos han explicado lo que significa el Tratado de Maastricht y la Unión Europea y que cada vez nuestras vidas están más dirigidas desde Bruselas o Estrasburgo; ahora, y aprovechando la europeidad de este diario, va siendo el momento de recordarle a quien proceda y, quizás, hacer pensar a algunos ciudadanos (españoles y resto de europeos) que no todos estamos de acuerdo con ese tratado...

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Ahora que ha comenzado el año del mercado único y la plena integración española en Europa; ahora que ya han acabado los fastos del 92 y se nos anuncia un nefasto 93, pese a ser euro-ricos; ahora que por fin nos han explicado lo que significa el Tratado de Maastricht y la Unión Europea y que cada vez nuestras vidas están más dirigidas desde Bruselas o Estrasburgo; ahora, y aprovechando la europeidad de este diario, va siendo el momento de recordarle a quien proceda y, quizás, hacer pensar a algunos ciudadanos (españoles y resto de europeos) que no todos estamos de acuerdo con ese tratado y esa Unión Europea.¿Las razones? Progresiva pérdida de soberanía nacional: para cualquier decisión económica y/o política hay que recurrir a lo establecido en reuniones internacionales. Se pretende la creación de unos Estados Unidos de Europa, incluso con Ejército común, con lo que el ciudadano va a ejercer un nulo control sobre su Gobierno nacional al tener éste que rendir cuentas frente a otros Gobiernos antes que frente a sus electores.

No es que las uniones en sí sean malas. El invento del Mercado Común europeo estaba bien; incluso están bien las políticas comunes de bienestar social o la implantación de una moneda única-. Son situaciones a las que el ciudadano tiene acceso y que le benefician. Lo que ya no beneficia tanto al mismo ciudadano es la pérdida de puestos de trabajo porque las cuotas lecheras, o agrarias, o siderúrgicas, que se han establecido para tal región o país (no siempre le toca perder a España) autorizan un máximo de producción determinado, por lo que sobran... tantos trabajadores. ¿Cómo puede el ciudadano de a pie defenderse si cada vez la maquinaria del poder es más grande y poderosa y menos accesible?

Por simplificar mi argumento: la Unión Europea es como una comunidad de vecinos que ha pasado de hacer juntos las compras y de intercambiarse productos y experiencia a ser una unión de vecinos en la que no sólo se realiza un intercambio económico, sino que además se decide entre todos cómo y qué cosas se deben hacer en la casa de cada cual.-

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