British Airways, obligada a pagar una indemnización por "juego sucio" contra su competidor Virgin Atlantic

British Airways, gigante mundial del transporte aéreo, sufrió ayer una humillación histórica. La compañía tuvo que admitir, a instancias de un tribunal, que había jugado sucio contra Virgin Atlantic Airways. Además de pedir disculpas "públicamente y sin reservas", tal como ordenó el juez, British Airways (BA) deberá pagar una indemnización de 610.000 libras (unos 115 millones de pesetas) correrá con todos los costes procesales, que superan los 550 millones de pesetas. "Es una victoria completa para todos quienes trabajamos en Virgin", afirmó el propietario de la compañía, el joven multim...

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British Airways, gigante mundial del transporte aéreo, sufrió ayer una humillación histórica. La compañía tuvo que admitir, a instancias de un tribunal, que había jugado sucio contra Virgin Atlantic Airways. Además de pedir disculpas "públicamente y sin reservas", tal como ordenó el juez, British Airways (BA) deberá pagar una indemnización de 610.000 libras (unos 115 millones de pesetas) correrá con todos los costes procesales, que superan los 550 millones de pesetas. "Es una victoria completa para todos quienes trabajamos en Virgin", afirmó el propietario de la compañía, el joven multimillonario Richard Branson.Branson declaró, ante la sede londinense de la High Cour (equivalente a la Audiencia Nacional española), que BA "no podía competir con la calidad de nuestro servicio, y cayó en la tentación de emplear contra nosotros tretas sucias y, a veces, ilegales".

Según el propietario de Virgin, BA infiltró empleados en su compañía, robó listas de clientes, boicoteó sus instalaciones en el extranjero, presionó a distintos aeropuertos para que les perjudicaran y difundió noticias falsas sobre supuestos problemas internos de sus rivales. Todas estas actividades eran realizadas por una oficina secreta, ubicada en el aeropuerto londinense de Gatwick, y dedicada exclusivamente a dañar a Virgin. BA pagó, además, casi 40 millones de pesetas a una compañía de seguridad para que prestara asesoramiento en sus tareas de espionaje.

Hace dos meses, cuando Richard Branson denunció públicamente el juego sucio de BA, esta compañía se querelló contra él por lo que en ese momento fue calificado de "calumnias insostenibles". Un empleado de BA facilitó a Branson, sin embargo, pruebas inequívocas de la existencia de una "unidad anti-Virgin" en BA, y éste las remitió al juez. Al tener noticia de ello, BA se rindió y ordenó a sus abogados que cedieran en todo lo necesario para alcanzar un acuerdo que acabara con el pleito.

British Airways quiso evitar una sentencia cuyos detalles hubieran sido aún más humillantes que la disculpa pública y la indemnización, y que hubiera implicado, posiblemente, al propio presidente de la compañía, Lord King.

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