Un comandante de la Guardia Civil acusado de narcotráfico fue procesado por torturas

El comandante de la Guardia Civil, José Ramón Pindado Martínez, detenido y encarcelado por un presunto delito de narcotráfico en la reciente redada organizada por el juez Baltasar Garzón, estuvo procesado por torturas a varios presuntos miembros de ETA político-militar de 1985 a 1988 y por hechos que se remontan a octubre de 1979.En enero de 1985, el magistrado Cándido Conde Pumpido, de la Audiencia de San Sebastián, procesó al entonces teniente de la Guardia Civil José Ramón Pindado Martínez como responsable de las torturas inflingidas a los miembros de ETA político-militar, Jesús María Alber...

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El comandante de la Guardia Civil, José Ramón Pindado Martínez, detenido y encarcelado por un presunto delito de narcotráfico en la reciente redada organizada por el juez Baltasar Garzón, estuvo procesado por torturas a varios presuntos miembros de ETA político-militar de 1985 a 1988 y por hechos que se remontan a octubre de 1979.En enero de 1985, el magistrado Cándido Conde Pumpido, de la Audiencia de San Sebastián, procesó al entonces teniente de la Guardia Civil José Ramón Pindado Martínez como responsable de las torturas inflingidas a los miembros de ETA político-militar, Jesús María Alberdi, Mikel Amilibia Urcelay e Izaskun Arrázola Mallona durante su estancia en las dependencias de la Guardia Civil de San Sebastián.

Según el auto de procesamiento, "el 21 de octubre de 1979 fueron puestos a disposición judicial Jesús María Alberdi Echániz, Miguel Ángel Amilibia Urcelay e Izaskun Arrázola, y reconocidos a presencia judicial por el médico forense, Jesús María Alberdi evidenciaba equimosis (cardenales provocados por golpes) en párpado superior izquierdo, en región hepifástrica y, así mismo, equimosis de gran tarnaño en cara interna del muslo izquierdo".

El auto añade, que "Izaskun Arrázola presentaba equimosis en ambas extremidades de distribución irregular, equinosis en región hepifástrica derecha, de 6 por 4 centímetros, en ambos antebrázos" y Mikel Amilibia "quemaduras en la cara interna de ambos muslos de dos centímetros de diámetro, aproximadamente". Amilibia tardó 67 días en curar y denunció que las heridas le fueron, producidas con electrodos. El entonces teniente de la Guardia Civil José Ramón Pindado González fue procesado como responsable de los interrogatorios y en el auto se le exigió una fianza de medio millón de pesetas. Finalmente, el 10 de marzo de 1988 fue sobreseido el caso. Durante el tiempo en que estuvo procesado, Pindado fue ascendido.

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