Las ofertas públicas de adquisición se han reducido a la mitad respecto a 1991

La Bolsa, en 1992, no ha sido, como en otros ejercicios, un escenario tan propicio para batallas empresariales que suelen desarrollarse a través de ofertas públicas de adquisición. Éstas, unas veces consentidas y negociadas por el propio consejo de la empresa y otras veces hostiles si el consejo no las admite, se han reducido a la mitad.

Durante los 11 primeros meses, según la Sociedad Rectora de la Bolsa de Madrid, se han producido 15 ofertas públicas de adquisición de acciones (OPA). En 1991, un año agitado por la reestructuración del sector eléctrico, el número de ofertas fue de ...

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La Bolsa, en 1992, no ha sido, como en otros ejercicios, un escenario tan propicio para batallas empresariales que suelen desarrollarse a través de ofertas públicas de adquisición. Éstas, unas veces consentidas y negociadas por el propio consejo de la empresa y otras veces hostiles si el consejo no las admite, se han reducido a la mitad.

Durante los 11 primeros meses, según la Sociedad Rectora de la Bolsa de Madrid, se han producido 15 ofertas públicas de adquisición de acciones (OPA). En 1991, un año agitado por la reestructuración del sector eléctrico, el número de ofertas fue de 34. Si el pasado ajercicio fue el año de las compañías eléctricas, en 1992 el protagonismo ha corrido a cargo de las cementeras.En la segunda mitad del año, empresas del sector cementero como Cementos Rezola, Valenciana, Corporación Noroeste, Cementos Alfa o Sanson se convirtieron en objeto de OPAs. También lo fueron otras sociedades como Finanzauto o Elosúa Las ofertas, en todos los casos, recibieron el apoyo de los inversores. En la oferta sobre Finanzauto se planteó una gran batalla empresarial al entender el consejo de Finanzauto que la oferta era muy baja y que la sociedad británica Bibby and Soons quería aprovecharse de una mala coyuntura bursátil para controlar la empresa española.

En el aburrido panorama bursátil, dominado por la incertidumbre, la caída de precios y la escasez de ofertas puede quebrarse en el futuro, según los analistas, debido a los precios, atractivos, a los que se han situado determinadas sociedades.

En 1992, ha habido suficientes problemas, sobre todo en la segunda mitad del ejercicio, como para impedir qué las empresas se preocuparan por algo más que la marcha de su propio negocio.

Vacío legal

En la última recta del año, la OPA que más interés ha despertado, por el enconamiento y la divergencia de posiciones de sus protagonistas, fue la llevada a cabo por la familia Olazábal sobre El Encinar de los Reyes SA. El Grupo BBV-Metrovacesa, propietario de más del 20% de la sociedad opada, decidió aprovechar un cierto vacío legal y, en lugar de lanzar una contra-OPA, anunció -sin concretar un precio- que, al término de la oferta del accionista mayoritario, pagaría más por un porcentaje de acciones que podría llegar al 75% del capital de la empresa.El anuncio provocó un gran revuelo. No había precedentes. Normalmente, en una batalla empresarial, a una OPA debe seguir una contra-OPA. Los ecos de la polémica llegaron a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La Comisión recibió quejas de una y otra parte. Hubo amagos de denuncias ante los juzgados, negociaciones, contactos de alto nivel entre el BBV y el Banco Central Hispano (avalista de la OPA de los Olazábal) y, finalmente un acuerdo de reparto que ha culminado con una oferta de adquisición, por el 100% de la sociedad, con un importe de 9.107 millones de pesetas.

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