Ganan las autovías, pierde el tren

Las cifras y medias recogidas por Renfe sobre el ferrocarril demuestran que el medio de transporte por excelencia para los españoles sigue siendo el coche. En larga distancia, el automóvil es el medio utilizado por cerca del 60% de la población (el 58,8%). Tren, avión y autobús se reparten el resto del mercado: entre el 11 % y el 14% cada uno.En este contexto ¿cuál es el futuro del ferrocarril? ¿Dónde puede competir? La respuesta de los especialistas es clara: en trayectos medios de entre 300 y 400 kilómetros, con tiempos de viaje competitivos con la carretera, máxima comodidad y una relación ...

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Las cifras y medias recogidas por Renfe sobre el ferrocarril demuestran que el medio de transporte por excelencia para los españoles sigue siendo el coche. En larga distancia, el automóvil es el medio utilizado por cerca del 60% de la población (el 58,8%). Tren, avión y autobús se reparten el resto del mercado: entre el 11 % y el 14% cada uno.En este contexto ¿cuál es el futuro del ferrocarril? ¿Dónde puede competir? La respuesta de los especialistas es clara: en trayectos medios de entre 300 y 400 kilómetros, con tiempos de viaje competitivos con la carretera, máxima comodidad y una relación calidad-precio favorable al tren.

En román paladino: el tren tiene futuro en trayectos como Madrid-Alicante; Madrid-Valencia; Madrid-Zaragoza; Madrid-Málaga; Madrid-Sevilla; Madrid-Córdoba; Madrid-Cádiz; Madrid-Albacete; Madrid-Ciudad Real y Barcelona-Valencia. En el resto, el tren será un medio más, presente donde no haya alternativa. Los trenes que se retiren de las líneas no rentables se destinarán a zonas de máxima demanda.

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Mejorar la calidad

Pero incluso en los trayectos' ideales para el tren, Renfe tendrá que mejorar la calidad del servicio si quiere mantener su presencia, aumentar ingresos y no perder, definitivamente la batalla con otros medios de transporte. Por corredores, y desde el año 1990, Renfe ha detectado una caída en el número de viajeros de líneas importantes. El descenso está muy relacionado con la apertura de nuevas autovías y al auge de las empresas de transporte por carretera.

Las relaciones entre Madrid y el norte de España son las que más han notado la caída en el número de usuarios desde 1991. De acuerdo con los datos de Renfe, la línea más importante entre Madrid y el norte -la que une la capital con Santander- registró en 1991 una caída del 9,2% en el número de viajeros. El declive de la línea Madrid- Santander se convierte en una tragedia empresarial en el caso de la relación Madrid-Bilbao. En esta línea, el tren perdió en 1991 20 de cada 100 viajeros. La crisis ha llegado incluso al núcleo del negocio de Renfe. En la línea que más ingresos genera: Madrid-Zaragoza-Barcelona, los viajeros han caído entre el 8,3% en la relación Madrid-Barcelona y el 21,9% entre Barcelona y Zaragoza.

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