Cartas al director

Madrid Cultural

Se apagarán las luces y el teatro quedará vacío. ¡Qué gran desilusión por lo que pudo haber sido Madrid Capital Europea dé la Cultura 1992! Parece mentira que con tan buenos mimbres -escueto presupuesto aparte- los resultados hayan sido tan decepcionantes.Y el caso es que la cabeza rectora, Pablo López de Osaba, a quien conozco desde hace años, es una persona de cuya capacidad nadie dudaría: ahí está su gran labor como director de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, o al frente del Conservatorio o del Museo de Arte Abstracto Español. ¿Qué ha sido entonces? Sí, sí, un dinero excesivamente ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Se apagarán las luces y el teatro quedará vacío. ¡Qué gran desilusión por lo que pudo haber sido Madrid Capital Europea dé la Cultura 1992! Parece mentira que con tan buenos mimbres -escueto presupuesto aparte- los resultados hayan sido tan decepcionantes.Y el caso es que la cabeza rectora, Pablo López de Osaba, a quien conozco desde hace años, es una persona de cuya capacidad nadie dudaría: ahí está su gran labor como director de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, o al frente del Conservatorio o del Museo de Arte Abstracto Español. ¿Qué ha sido entonces? Sí, sí, un dinero excesivamente limitado para un proyecto muy ambicioso. Pero además falta de organización y, lo que es peor, en algunos casos, de mínima consideración y respeto hacia quienes como yo pusimos, desde el principio, toda nuestra ilusión: en Alemania, lugar donde resido desde comienzos de año, escribí las notas al programa del oratorio Elías, de Mendelssohn (concierto celebrado en la catedral de San Isidro el 20 de abril, dentro de la serie Música celestial). Verbalmente se me había hecho el encargo de escribir las notas para la Misa solemnis Gunio), y el Réquiem alemán de Brahms (noviembre). Pero después nada más supe: escribí, telefoneé, traté varias veces de entrevistarme con el personaje encargado de la edición de los programas. Nada. Jamás obtuve respuesta afirmativa o negativa a si debía comenzar mi trabajo. Mi ilusión se fue muriendo en mi cuarto de trabajo en Colonia. Y entonces resonó en mí la voz antigua de una España que sigue repitiendo "vuelva usted mañana", o, peor aún, que no responde. Lo que equivale a decir: "Vuelva usted... nunca".- .

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En