Rosario por la ermita

Los fieles del curandero de Navalcarnero se manifiestan con rezos ante el Ayuntamiento

Dos centenares de personas rezaron al mediodía de ayer los misterios gozosos para pedir al alcalde de Navalcarnero, el socialista José Luis Adell, que no lleve acabo la orden de demolición de la ermita del Santo Custodio, una nave construida por el curandero y vidente Manuel Miranda en terreno rural no edificable.Allí, a unos 30 kilómetros al suroeste de Madrid, acuden cada domingo los seguidores de Miranda para rezar a la Virgen y abastecerse de un agua que consideran milagrosa. El regidor socialista, con las ordenanzas en la mano, ha precintado la ermita; la oposición del PP le ha solicitado...

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Dos centenares de personas rezaron al mediodía de ayer los misterios gozosos para pedir al alcalde de Navalcarnero, el socialista José Luis Adell, que no lleve acabo la orden de demolición de la ermita del Santo Custodio, una nave construida por el curandero y vidente Manuel Miranda en terreno rural no edificable.Allí, a unos 30 kilómetros al suroeste de Madrid, acuden cada domingo los seguidores de Miranda para rezar a la Virgen y abastecerse de un agua que consideran milagrosa. El regidor socialista, con las ordenanzas en la mano, ha precintado la ermita; la oposición del PP le ha solicitado comprensión y flexibilidad.

La orden de demolición está dada. Si Dios no lo remedia, el próximo 2 de enero la piqueta municipal dará cuenta de este humilde centro de piedades extraparlamentarias. Gentes de toda edad, con unción y recogimiento ejemplares, fueron desgranando avemarías y padrenuestros dirigidos por Manuel Miranda, a quien todos ellos veneran como hombre de Dios. En las esquinas de la plaza, grupos de lugareños comentaban con respeto el evento. Un coche de la Guardia Civil y otro de la Policía Municipal constataban la posibilidad de algún altercado. Pero allí sólo hubo salmodia celestial.

Miranda, de Martos (Jaén), tiene 45 años. Antes de dedicarse a curar y bendecir, ejerció de albañil, camarero y cantante de copla española. Todo lo dejó por amor al prójimo y a la Virgen. Sus seguidores no dudan en atribuirle curaciones portentosas. Él afirma: "No soy yo quien cura, es Jesucristo. Si yo fuera el que hiciera milagros, me curaría a mi mismo, que tengo cáncer de hígado y estoy desahuciado".

Su finca fue comprada con el dinero de sus seguidores. Los propios enfermos y sus familiares levantaron la ermita, que por dentro es como casi todas las ermitas: barroca, atiborrada de santos y con olor a cera. Manuel actúa como un cura, incluso bautiza. "Pero siempre les digo a los padres que vayan luego a la parroquia", matiza. El quisiera ejercer de diácono, pero el obispo de Getafe le ha dicho que para eso tendría que estudiar cinco años.

La granja del santo

La ermita del Santo Custodio se inauguró el 20 de septiembre de este año. Desde entonces ha ido adquiriendo nombradía y cada domingo se llena de devotos de Madrid, Castilla-La Mancha, Murcia y algunos puntos de Andalucía. En la finca existe también una pequeña granja que se incrementa con los presentes de los seguidores. Pocos días después de la inauguración, personas desconocidas irrumpieron por la noche en el corral y degollaron a 50 gallinas, 11 palomos, dos cabritas y un cochino.Al comienzo del rosario-manifestación, Miranda, megáfono en mano, se dirigió así al pueblo de Navalcarnero: "Os pido que le digáis al alcalde que yo no soy ladrón ni estafador. Nuestra nave es para rezar el rosario y adorar a Dios. ¿A quién puede molestar eso?". También citó a las autoridades religiosas: "A veces la Iglesia nos quita la fe. Sabed que yo sólo hago lo que le da la gana a Dios".

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Al acabar el rosario, todos los orantes aseguraban que, si se lleva a cabo la demolición, tendrán que pasar las grúas por encima de ellos.

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