Un joven muere después de ser quemado vivo en Toledo

Francisco Javier Navas González, de 22 años de edad, falleció el jueves en la unidad de grandes quemados del Hospital Universitario de Getafe, a consecuencia de las heridas que tenía por todo su cuerpo, con quemaduras graves en el 92% de su cuerpo. La madrugada del pasado martes, unos desconocidos rociaron a Francisco Javier con gasolina y después le prendieron fuego. Los hechos sucedieron en Toledo, en la avenida de Portugal, una calle situada en una zona de nueva construcción a la que suelen acudir jóvenes por las noches.El joven vivía con sus padres en Coslada. Carecía de relación personal ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Francisco Javier Navas González, de 22 años de edad, falleció el jueves en la unidad de grandes quemados del Hospital Universitario de Getafe, a consecuencia de las heridas que tenía por todo su cuerpo, con quemaduras graves en el 92% de su cuerpo. La madrugada del pasado martes, unos desconocidos rociaron a Francisco Javier con gasolina y después le prendieron fuego. Los hechos sucedieron en Toledo, en la avenida de Portugal, una calle situada en una zona de nueva construcción a la que suelen acudir jóvenes por las noches.El joven vivía con sus padres en Coslada. Carecía de relación personal o familiar alguna con la ciudad de Toledo, por lo que las investigaciones policiales indagan si el móvil de tan atroz suceso fue el robo o un posible ajuste de cuentas.

Francisco Javier había desaparecido de su domicilio el pasado 24 de noviembre, según relataron anoche dos de sus hermanas, Rosa y Pilar, y su cuñado, Manuel. Desde entonces no tuvieron ninguna refererencia sobre su paradero. Tan sólo la oficina de objetos perdidos remitió a la familia la documentación del vehículo en el que se había marchado de casa.

El joven fallecido trabajaba en una carnicería de Coslada. Su cuñado, Manuel, explica que llevaba una vida "normal", y descarta tajantemente que su muerte se pueda deber a un ajuste de cuentas. "No estaba metido en nada de envergadura", señaló. Manuel añade que era una persona inocente e ingenua, de corta estatura, en referencia a que podía ser muy vulnerable ante la vida.

Los familiares no quisieron señalar más detalles del suceso, en espera de los resultados de la investigación policial, y piden que cualquiera que hubiese visto a Francisco Javier entre el 24 de noviembre y el 1 de diciembre (cuando fue agredido brutalmente) lo comunique a la policía.

Archivado En