Soy una chica estadounidense

que vive y estudia en Madrid. Procedo de un país que ha sido militar y económicamente la primera potencia mundial. Claro, estoy hablando de los últimos años, y reconozco que cada poder cae, incluso veo bien el que ahora surjan otras potencias y otras culturas que a lo mejor tienen mucho más que ofrecer.Pero la verdad es que soy de ese país que ha sido el más rico, etcétera. ¿Qué quiero decir con todo esto? Que por ser un país tan potente, la gente siempre está intentando buscar sus debilidades y faltas. El problema está en que mucha gente vuelca estas críticas hacia mi persona. Todos los días ...

que vive y estudia en Madrid. Procedo de un país que ha sido militar y económicamente la primera potencia mundial. Claro, estoy hablando de los últimos años, y reconozco que cada poder cae, incluso veo bien el que ahora surjan otras potencias y otras culturas que a lo mejor tienen mucho más que ofrecer.Pero la verdad es que soy de ese país que ha sido el más rico, etcétera. ¿Qué quiero decir con todo esto? Que por ser un país tan potente, la gente siempre está intentando buscar sus debilidades y faltas. El problema está en que mucha gente vuelca estas críticas hacia mi persona. Todos los días oigo frases como "hay americanos que no saben dónde está España" (siempre tengo ganas de preguntar a estas personas dónde está Misisipí). Me dicen: "Los americanos son muy incultos, patrióticos, tontos, cerrados, inocentes, violentos, etcétera". Parece que por tener esta imagen de potencia, en contraposición, los demás tenemos que ser cerrados, incultos, etcétera.

¿Y qué hago ante todo esto? Aún no lo sé. Muchas veces, cuando la gente empieza a conocerme me comentan: "Tú no eres típica norteamericana". Pues tampoco lo sé. La verdad, creo que a todos nos encanta sentirnos diferentes, que somos especiales. Me acuerdo de una ocasión cuando hablaba con un amigo español del modo en que los españoles tratan a los americanos. Me contó que estuvo en Estados Unidos dos meses trabajando en una finca. Decía que la gente era muy simpática y buena, pero no escuchaban a mi amigo. Él se sentía como que fuera de un país pequeño y menos rico que el de ellos. Le hicieron sentir que no tenía nada nuevo y original que aportarles. Entiendo los sentimientos de mi amigo y pienso que pudo ser así. Pero a la vez creo que, por razones opuestas, muchos españoles nos hacen lo mismo a los norteamericanos. 0 sea, las dos sociedades tratan a los individuos por la imagen que tienen de las mayorías.-