España opta a la compra en EE UU de un satélite espia por 100.000 millones de pesetas

España está interesada en la compra, en Estados Unidos de un satélite espía, una de las tecnologías más caras del mundo, cuyo precio por unidad supera los 100.000 millones de pesetas. Se trata también de una de las tecnologías que con mayor secreto se guardan en EE UU, que solamente podría transferirla a naciones de la máxima confianza. A principios de este año, cuando la operación estaba a punto de concluir, el Gobierno español renunció a ella porque el presupuesto estaba fuera de sus posibilidades, aunqué señaló que mantiene abierta su opción de compra para el futuro.

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España está interesada en la compra, en Estados Unidos de un satélite espía, una de las tecnologías más caras del mundo, cuyo precio por unidad supera los 100.000 millones de pesetas. Se trata también de una de las tecnologías que con mayor secreto se guardan en EE UU, que solamente podría transferirla a naciones de la máxima confianza. A principios de este año, cuando la operación estaba a punto de concluir, el Gobierno español renunció a ella porque el presupuesto estaba fuera de sus posibilidades, aunqué señaló que mantiene abierta su opción de compra para el futuro.

Únicamente tres países han pedido a Estados Unidos, según informaba ayer el diario The New York Times, la compra de satélites espías: España, Corea del Sur y los Emiratos Árabes Unidos. Las dos últimos son países de grandes recursos económicos y situados en áreas de posibles conflictos militares.Los satélites espías son utilizados fundamentalmente para detectar los movimientos de tropas y de vehículos militar y, en definitiva, para prevenir las amenazas militares de otros países. Los mejores satélites norteamericanos son capaces de fotografiar objetos del tamaño de una pelota de tenis. Pero se trata también de una de las tecnologías más caras que se conocen. El precio promedio de estos satélites es de alrededor de 1.000 millones de dólares (más de 100.000 millones de pesetas).

Según el mencionado diario norteamericano, España fue el primer país que se interesó por la compra de este satélite. Los contactos iniciales entre representantes del Gobierno español y una de las empresas constructoras de ese producto, la Science Applications International Corporation, de San Diego, se lleva ron a cabo en 1990.

El satélite por el que se interesó España es uno de los más modestos de los que fabrican los norteamericanos. Es situado en el espacio por un cohete disparado desde un avión, pero es igualmente caro y de gran sofisticación. Después de varias negociaciones entre la compañía productora y funcionarios de los ministerios españoles de Defensa y Relaciones Exteriores, el Departamento de Estado norteamericano recibió la solicitud formal de licencia para la exportación de alta tecnología.

Poco dinero

A principios de este año el Gobiemo español paralizó la operación por problemas presupuestarios, aunque, según The New York Times, mantuvo abierta su opción de compra para el futuro. "Los españoles siguen todavía interesados, pero no tienen el dinero suficiente en estos momentos", dijo el funcionario que cita el periódico.La Embajada española en Washington confesó desconocer todo lo relacionado con este asunto y aseguró que en ningún momento fue informada por el Gobierno sobre la existencia o la marcha de las negociaciones. El responsable de asuntos españoles en el Departamento de Estado, Fherwood McGinnis, también dijo haberse enterado del caso por el periódico. Expertos consultados en la capital estadounidense consideran que la situacion económica existente hoy en España hace muy improbable concluir un acuerdo para la adquisión de un satélite en los próximos meses.

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Después de España, se interesó por la compra de un satélite espía los Emiratos Árabes Unidos, situado en una zona donde está en juego en estos momentos la supremacía militar. Ese país también hizo una solicitud formal, pero el asunto está todavía siendo debatido por el Gobierno norteamericano. Israel presiona fuertemente a Washington para que se oponga a esa venta.

El Gobierno de Corea del Sur, una de las potencias económicas pujantes en la actualidad, también mostró interés en la compra, aunque, según el mismo periódico, todavía no ha presentado una solicitud formal. Otros países de Oriente Próximo sondean asimismo en estos días la posibilidad de adquirir esos satélites. Por ahora, sólo Estados Unidos, Rusia y China poseen satélites espías.

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