Tribuna:

Poco negocio

La Bolsa de Barcelona vivió ayer una nueva jornada de apatía. La mayoría de los sectores siguen con precios baratos, porque el dinero que llega a ellos no es capaz de hacer subir los cambios. Si la semana pasada se desató un ligero movimiento de dinero a medio y largo plazo sobre algunos valores bancarios y eléctricos, ahora éste parece haberse desinflado. Ha vuelto a salir papel y el mercado sólo conoce una regla desde hace meses: que hay que comprar de forma masiva cuando el indicador general se acerca o baja del nivel de los 150 puntos.Las expectativas de caídas de tipos de interés que se h...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La Bolsa de Barcelona vivió ayer una nueva jornada de apatía. La mayoría de los sectores siguen con precios baratos, porque el dinero que llega a ellos no es capaz de hacer subir los cambios. Si la semana pasada se desató un ligero movimiento de dinero a medio y largo plazo sobre algunos valores bancarios y eléctricos, ahora éste parece haberse desinflado. Ha vuelto a salir papel y el mercado sólo conoce una regla desde hace meses: que hay que comprar de forma masiva cuando el indicador general se acerca o baja del nivel de los 150 puntos.Las expectativas de caídas de tipos de interés que se habían desatado en las dos semanas anteriores parecen haber sido descontadas dentro de los precios actuales. Ahora una parte del mercado está pendiente de la evolución de los precios de octubre, cuyo resultado se dará a conocer el próximo viernes. Las autoridades económicas siempre han subordinado la bajada de tipos al descenso de la inflación, aunque la bajada de los Íntereses esté muy limitada por la exigencia de mantener el tipo de cambio de la peseta dentro de los límites permitidos. En esta situación, la renta fija sigue acaparando la atención de los inversores, pese a la ligera disminución de la retribución de las letras del Tesoro.

Archivado En