Cartas al director

El enemigo público número uno

Es enorme. Abulta lo que 12 personas normales. Es agresivo y peligroso. Es el más grande asesino. Más de 7.000 víctimas al año. Más que las drogas, el terrorismo y la delincuencia común juntos. Es el amo de la calle. Es chulo, vociferante y extremadamente ruidoso. Es el gran secuestrador. Él nos obliga a permanecer inmóviles va rias horas al día y es el auténtico culpable de que los niños y los ancianos no puedan salir a la calle.Es el máximo contaminador. Ha hecho inhabitables las ciudades y ha roto el paisaje que nos acompañaba desde hace miles de años. Es uno de los grandes res ponsables de...

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Es enorme. Abulta lo que 12 personas normales. Es agresivo y peligroso. Es el más grande asesino. Más de 7.000 víctimas al año. Más que las drogas, el terrorismo y la delincuencia común juntos. Es el amo de la calle. Es chulo, vociferante y extremadamente ruidoso. Es el gran secuestrador. Él nos obliga a permanecer inmóviles va rias horas al día y es el auténtico culpable de que los niños y los ancianos no puedan salir a la calle.Es el máximo contaminador. Ha hecho inhabitables las ciudades y ha roto el paisaje que nos acompañaba desde hace miles de años. Es uno de los grandes res ponsables del efecto invernadero, del cambio de clima y de tantas otras desgracias que afectan al medio ambiente. Es insolidario y egoísta. Es el escaparate de la va nidad, el despilfarro y de otros muchos pecados de la sociedad contemporánea. Es el gran gene rador de estrés y es, para colmo, el mayor culpable del déficit exterior en nuestra balanza de pagos.

A pesar de esto, no sólo no es perseguido y acorralado, sino que es el gran protegido de autoridades y gobernantes. Tanto la Administración central como las autonómicas o locales invierten gran parte de nuestro escaso presupuesto en hacerle la vida más cómoda, otorgándole más espacio y capacidad de destrucción. Es el enemigo público número uno. El coche. ¿Hasta cuándo lo vamos a permitir?-

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