La Guardia Civil arrebata a sus padres dos niñas que llevaban aisladas siete años

La Guardia Civil retiró por la fuerza el pasado miércoles de una vivienda de Camariñas (La Coruña) a dos muchachas que llevaban siete años sin acudir al colegio y vivían aisladas junto a su familia. Los padres de las menores, de 16 y 13 años, trataron de impedir el traslado, que organizó el departamento de Servicios Sociales de la Xunta con autorización judicial. El matrimonio quedó trastornado hace siete años tras un litigio por la propiedad de unas fincas y desde entonces decidió interrumpir cualquier comunicación con sus vecinos y su familia. Fuentes sanitarias aseguraron que las dos muchac...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La Guardia Civil retiró por la fuerza el pasado miércoles de una vivienda de Camariñas (La Coruña) a dos muchachas que llevaban siete años sin acudir al colegio y vivían aisladas junto a su familia. Los padres de las menores, de 16 y 13 años, trataron de impedir el traslado, que organizó el departamento de Servicios Sociales de la Xunta con autorización judicial. El matrimonio quedó trastornado hace siete años tras un litigio por la propiedad de unas fincas y desde entonces decidió interrumpir cualquier comunicación con sus vecinos y su familia. Fuentes sanitarias aseguraron que las dos muchachas llegaron esposadas en un vehículo policial al hospital General de Galicia en Santiago.Las dos menores vivían en una modesta casa de labradores de la aldea de Xaviña, en Camariñas, un municipio de la costa de la muerte, junto a sus padres, José López, de 49 años, y Dolo res Martínez, de 56, una hermana de ésta y su abuelo, de 87 años. La familia se negaba a mantener cualquier contacto con la sociedad. No compraban ni comida ni vestidos y no dirigían la palabra a ningún vecino, ni si quiera a sus propios familiares, que en varias ocasiones trataron de hablar con ellos.

Desde hace siete años, cuando decidieron aislarse, las muchachas no iban a la escuela y únicamente salían de casa para sacar el ganado y cuidar sus fincas. Se vestían con ropas confeccionadas con trozos de plástico y sacos. Según sus vecinos, el aislamiento de la familia llegó a tal extremo que hace varios años se negaron a abandonar la casa pese a que un incendio forestal amenazaba con quemarla.

Litigio de tierras

La familia adoptó esta extraña actitud después de que unos parientes suyos, residentes en Argentina, vendiesen las tierras que desde hacía tiempo les habían cedido para cultivarlas. Los López Martínez se resistieron a entregar las fincas a su nuevo comprador, que recurrió a la Guardia Civil para hacerse cargo de ellas. Nunca se recuperaron del trauma, y sólo aceptaban conversar con el cura de la aldea, que, sin embargo, no pudo convencerles de que depusieran su actitud.

La Guardia Civil volvió el miércoles a casa de los López Martínez para llevarse a las dos hijas del matrimonio. Desde hace meses, un tío de las muchachas había realizado gestiones para que las autoridades interviniesen en el caso y obligasen a escolarizarlas. Los servicios sociales de la Xunta obtuvieron permiso judicial para retirar a sus padres la custodia de ambas y decidieron arrebatárselas por la fuerza ante la imposibilidad de comunicarse con ellos.

La familia se resistió, violentamente a la Guardia Civil, que necesitó varias horas para llevarse a las chiquillas. En el centro sanitario donde fueron ingresadas no las esperaban y tuvieron que pasar la noche en un cubículo del servicio de urgencias. Estaban muy asustadas y se durmieron agarradas entre sí.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sobre la firma

Archivado En