Alemania rechaza las presiones de sus aliados y mantendrá los altos tipos de interés

Treinta y ocho millones de electores franceses deciden hoy la suerte de la Unión Europea. El referéndum sobre el Tratado de Maastricht pone en sus manos el porvenir de 350 millones de ciudadanos. Si el resultado es sí, el proceso de integración de los 12 países de la CE seguirá adelante. Un no determinará un replanteamiento del futuro europeo y una crisis de imprevisibles consecuencias. El sí parte favorito entre el 50% y el 54%, según sondeos. En Washington, los siete países más ricos prometieron anoche trabajar conjuntamente para devolver la calma a los zarandeados mercados monetarios del Vi...

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Treinta y ocho millones de electores franceses deciden hoy la suerte de la Unión Europea. El referéndum sobre el Tratado de Maastricht pone en sus manos el porvenir de 350 millones de ciudadanos. Si el resultado es sí, el proceso de integración de los 12 países de la CE seguirá adelante. Un no determinará un replanteamiento del futuro europeo y una crisis de imprevisibles consecuencias. El sí parte favorito entre el 50% y el 54%, según sondeos. En Washington, los siete países más ricos prometieron anoche trabajar conjuntamente para devolver la calma a los zarandeados mercados monetarios del Viejo Continente.

Alemania, sin embargo, echó previamente gasolina al fuego al rechazar tajantemente las presiones de sus aliados en el G-7, el club de los países industrializados más ricos, reunido en Washington, para que baje sus tipos de interés. El encuentro finalizó pasada la medianoche con un comunicado de buenas intenciones.En España, el referéndum del país vecino se seguirá hoy con la misma ansiedad que las más importantes elecciones generales. Televisiones y radios interrumpirán sus emisiones a las ocho de la tarde, con los primeros pronósticos de los resultados desde París, y ofrecerán programas especiales.

Theo Waigel, ministro germano de Finanzas, afirmó anoche en Washington que en el G-7 no se había exigido a su país una nueva bajada del precio del dinero. El ministro aprovechaba la reunión de los más ricos en la capital federal estadounidense -siete horas y media con una vidriosa agenda- para anunciar que ni él ni el Bundesbank (banco central alemán) podían prometer una rebaja de los tipos de interés. Esta decisión firme descarga el peso de la solución de la crisis económica europea en un claro sí de los franceses a Maastricht.

Waigel aseguró a sus colegas de los países más industrializados -EE UU, Reino Unido, Italia, Francia, Canadá y Japón- que "no aceptamos ni el estilo ni el fondo de los ataques que hemos recibido" en los últimos días. El presidente del Bundesbank, Helmut Schlesinger, se mostró también duro rechazando, cualquier responsabilidad del, marco en la crisis monetaria: "Los cambios de paridades en el seno del Sistema Monetario Europeo durante la semana pasada se deben a los problemas que venían arrastrando varios países europeos durante años", dijo.

La expectación sobre el resultado del referéndum francés de hoy es absoluta en los mercados financieros, que este fin de semana han permanecido alerta y comenzarán a operar en el mismo instante en que, esta noche, se abra la sesión en Tokio.

En un país como Italia, el miedo al no se une a un creciente rechazo a las medidas de austeridad aprobadas recientemente por el Gobierno, que puede desembocar en una huelga general.

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Editorial en la página 10

Domingo / 1 a 5

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