Cartas al director

A propósito de Maastricht

En EL PAÍS del 15 de septiembre se publica un artículo de Alberto Oliart en el que de modo claro y didáctico se explican las posiciones ante el o el no que plantea la ratificación del Tratado de Maastricht.Su conocimiento no debiera quedar limitado a los numerosos lectores del periódico, dado el examen objetivo de los distintos razonamientos que sostiene cada una de las posturas que se adopten. Quizá la mayor virtualidad del artículo consiste, al analizar las razones que justifican el no, en compartir y considerar válidos singularmente cada uno de los motivos alegados, ...

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En EL PAÍS del 15 de septiembre se publica un artículo de Alberto Oliart en el que de modo claro y didáctico se explican las posiciones ante el o el no que plantea la ratificación del Tratado de Maastricht.Su conocimiento no debiera quedar limitado a los numerosos lectores del periódico, dado el examen objetivo de los distintos razonamientos que sostiene cada una de las posturas que se adopten. Quizá la mayor virtualidad del artículo consiste, al analizar las razones que justifican el no, en compartir y considerar válidos singularmente cada uno de los motivos alegados, no obstante lo cual se inclina resueltamente por el sí ante el daño que en la circunstancia actual suponen para la unidad y armonía europeas -léase la paz- que prosperase el no en el referéndum francés.

En consecuencia, sería conveniente que artículos o estudios como el aludido sean tenidos en cuenta por los partidos políticos de las distintas ideologías, para su difusión entre todos los ciudadanos, enriqueciendo así la cultura política del país.

Quizá esto contribuya tímidamente a incrementar "el riesgo de injerencia" que se atribuyó a nuestro jefe de Gobierno por asistir en Francia a un acto afirmativo sobre la cuestión. Averiguar si para cooperar a la mejora de Europa pueden hablar unos de otros sería materia ardua. Baste un botón de muestra: por los años en que De Gaulle decía "casi el único político europeo que hay en Europa soy yo", también dijo: "Europa es un guiso: Francia y Alemania son el guiso, y el Benelux un poco de salsa".

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Por último, esta voz del silencio que soy yo, pide a quienes la oigan, que lógicamente tenemos que ser poquísimos, que aprendamos a escuchar a quien tenga autoridad y competencia. Se me preguntará acaso: ¿quién puede ser ese quién? Pues, por ejemplo, hoy en Francia ha sido Pinay, alcalde de su pequeño pueblo, ex presidente del Consejo de Ministros, quien a sus 102 años acaba de manifestar a los periodistas:

"Háganme confianza los franceses y digan sí a Maastricht". Juan Uña Pedregal.

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