Tribuna:

Toreo de salón

Los inversores -grandes, medianos y pequeños- han encontrado en la tranquilidad estival que reina actualmente en los mercados de valores un excelente terreno para demostrar sus aptitudes. En ausencia del riesgo que entraña un mercado activo, papel y dinero se han acoplado perfectamente en un juego que tiene mucho de teórico y que, en un primer momento, bien pudiera dar la sensación de que está consolidando los precios.El único riesgo que se corrió en la sesión bursátil de ayer era el derivado de la subasta de certificados del Banco de España, evento al que en el mercado monetario ni siquiera s...

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Los inversores -grandes, medianos y pequeños- han encontrado en la tranquilidad estival que reina actualmente en los mercados de valores un excelente terreno para demostrar sus aptitudes. En ausencia del riesgo que entraña un mercado activo, papel y dinero se han acoplado perfectamente en un juego que tiene mucho de teórico y que, en un primer momento, bien pudiera dar la sensación de que está consolidando los precios.El único riesgo que se corrió en la sesión bursátil de ayer era el derivado de la subasta de certificados del Banco de España, evento al que en el mercado monetario ni siquiera se prestó atención. El volumen negociado mejoró en un 25% respecto de la sesión anterior, pero la concentración fue todavía mayor, ya que el 60% del total lo consiguieron entre 10 valores del mercado.

Al final, las circunstancias impidieron que la faena cuajara al abrir Wall Street en plena toma de beneficios y es que, ya se sabe, estas cosas sólo funcionan si la autoridad y el tiempo no lo impiden y, en cuestión de Bolsas, el que manda, manda.

El índice de la Bolsa de Madrid, que llegó a subir hasta casi dos puntos, se conformó con un avance del 0,75%, 1,62 puntos, mientras que el Ibex 35 hacía valer la concentración del negocio y subió un 0,91%.

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