Apoteosis en el recibimiento de la llama en Barcelona

El fuego procedente de Olimpia ya arde en Barcelona, destino final de un largo peregrinaje a través de Grecia, el Mediterráneo y toda España. Más de 200.000 barceloneses se congregaron anoche en el puerto en los actos de recibimiento a la antorcha olímpica, que arribó a la ciudad a las 22.45 horas a bordo del yate Rosalind, procedente del puerto mallorquín de Sóller. Más tarde, otros cientos de miles de ciudadanos se echarían a las calles de la ciudad al paso de la lumbre, que debía recorrer de verbena en verbena los 10 distritos municipales antes de llegar, pasadas las 3.30 de hoy, al ...

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El fuego procedente de Olimpia ya arde en Barcelona, destino final de un largo peregrinaje a través de Grecia, el Mediterráneo y toda España. Más de 200.000 barceloneses se congregaron anoche en el puerto en los actos de recibimiento a la antorcha olímpica, que arribó a la ciudad a las 22.45 horas a bordo del yate Rosalind, procedente del puerto mallorquín de Sóller. Más tarde, otros cientos de miles de ciudadanos se echarían a las calles de la ciudad al paso de la lumbre, que debía recorrer de verbena en verbena los 10 distritos municipales antes de llegar, pasadas las 3.30 de hoy, al Ayuntamiento, donde pasó la noche. La llama prenderá pasadas las 22.30 de hoy en el pebetero del estadio Olímpico de Montjuïc.Entre el público, era patente la presencia de. numerosas banderitas catalanas con la estrella independentista, así como pancartas con el lema Freedom for Catalonia, cuyos portadores buscaban desesperadamente las cámaras de las televisiones extranjeras.

Espectáculo pirotécnico

Un espectáculo pirotécnico saludó al fuego olímpico a su entrada en el puerto. El Rosalind, propiedad de Javier Godó, conde de Godó, atracó a las 22.45 y a las 22.48 el capitán de la nave encendió la antorcha con el fuego de la lámpara de seguridad y entregó la tea a una voluntaria olímpica, quien, pasando por una alfombra de flores, dio la llama a Pujol. El presidente de la Generalitat, a su vez, la pasó a Maragall y los dos la sostuvieron mientras sonaba el himno olímpico en un gesto insólito hasta ahora en la política catalana propiciado por la concordia y unidad del inicio de los Juegos. Pujol y Maragall encendieron la tea del primer relevista en Barcelona, el ex capitán de baloncesto del FC Barcelona Ignacio Solozábal, que inició su relevo en medio de una salva de aplausos.Cuando la llama partió del Moll de la Fusta, ardió en medio del puerto una espectacular falla, mientras los barcos atracados hacían sonar sus sirenas como ya. habían hecho desde las 22.20 horas. La falla, de 23 metros de altura, conmemoraba la celebración de la XXV Olimpiada moderna y representaba a todas las ciudades que han albergado unos Juegos desde su restauración, en 1896.

El resplandor de la falla fue el preludio del paseo del fuego por todos los barrios de Barcelona, precisamente en una noche tradicional de verbena flamígera, la de Sant Jaume. Además de Solozábal, cerca de 200 relevistas más portaron luego la llama por una Barcelona abarrotada por entusiastas ciudadanos que dejaron sus casas para presenciar el paso del fuego.

Entre los portadores figuraron Sito Pons, Andoni Zubizarreta, Mercedes Milá, Matías Prats, José Manuel Abascal, Eulàlia Vintró, Aleix Vidal-Quadras y Cecilia del Risco.

En cada distrito de la ciudad, la lumbre de Barcelona 92 fue agasajada con una fiesta.

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