Cartas al director

Un título, tres años

Hace escasos días me notificaron que podía acercarme a recoger mi título de licenciatura expedido por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Complutense de Madrid. Quedé gratamente sorprendido por la puntualidad y rapidez con la que se me ha otorgado el derecho a la posesión del mismo, ya que la finalización de mis estudios y la consiguiente solicitud del título tuvieron lugar en la muy reciente fecha de junio de 1989. ¿Cómo podría yo imaginarme que tan sólo se emplearían tres años en la complicadísima labor de escribir mi nombre y estampar un sello en un papel? Además, en su día...

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Hace escasos días me notificaron que podía acercarme a recoger mi título de licenciatura expedido por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Complutense de Madrid. Quedé gratamente sorprendido por la puntualidad y rapidez con la que se me ha otorgado el derecho a la posesión del mismo, ya que la finalización de mis estudios y la consiguiente solicitud del título tuvieron lugar en la muy reciente fecha de junio de 1989. ¿Cómo podría yo imaginarme que tan sólo se emplearían tres años en la complicadísima labor de escribir mi nombre y estampar un sello en un papel? Además, en su día únicamente se me exigió depositar una cantidad ridícula, apenas superior a las 8.000 pesetas, como simbólica aportación a los elevadísimos gastos que la elaboración de un título conlleva.Durante los tres años que ha durado la fabricación del título he estado residiendo de forma más o menos regular en el extranjero. Debo admitir que en ese tiempo, alguna que otra vez, se me ha exigido demostrar la existencia del papelín en cuestión. Ahora podré relatar con orgullo patrio la abnegación y el esfuerzo de los funcionarios del MEC, que junto con la inmensa capacidad organizativa del señor ministro hacen posible que la siempre laboriosa y artesanal tarea de la expedición de títulos se realice a una velocidad que a mí me da vértigo.-

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