Induráin ganó a los túneles

Las bicicletas avasallan a los coches en una 'competición' entre transportes públicos y privados

Cuatro ecologistas disfrazados de Induráin ganaron ayer una prueba montada en Madrid para demostrar las posibilidades de las bicicletas en las grandes ciudades para trayectos cortos y medios y las de los transportes públicos en general sobre los privados. La competición se desarrolló, bajo el lema Madrid por todos los medios, entre siete puntos distintos del centro y la periferia y la Puerta del Sol. Las bicicletas necesitaron tres veces menos tiempo que los coches para llegar a la meta, y los peatones, casi la mitad. Políticos de la oposición y dirigentes vecinales hicieron de cobayas humano...

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Cuatro ecologistas disfrazados de Induráin ganaron ayer una prueba montada en Madrid para demostrar las posibilidades de las bicicletas en las grandes ciudades para trayectos cortos y medios y las de los transportes públicos en general sobre los privados. La competición se desarrolló, bajo el lema Madrid por todos los medios, entre siete puntos distintos del centro y la periferia y la Puerta del Sol. Las bicicletas necesitaron tres veces menos tiempo que los coches para llegar a la meta, y los peatones, casi la mitad. Políticos de la oposición y dirigentes vecinales hicieron de cobayas humanos.

La prueba tenía sobre todo un objetivo: analizar la eficacia real de los diferentes medios de transporte posibles en Madrid y su área metropolitana. Miembros de la Coordinadora Madrileña de Defensa de la Naturaleza (Comaden) y de la asociación cicloturista Pedalibre se encargaron de organizar perfectamente todos los detalles de la evaluación. Sólo encontraron un escollo: Ángel Matanzo.El presidente del distrito Centro vetó la utilización del punto de encuentro programado para la llegada: la plaza Mayor. Matanzo comentó a compañieros de corporación que no tenía sentido permitir el uso de esta plaza sí luego el alcalde podía revocar su decisión. El alcalde anuló recientemente un decreto del concejal con el que éste pretendía precintar un centro de atención a prostitutas.

El experimento de ayer, al margen de esta anécdota, cumplió todas las expectativas. La salida se fijó en sitios distintos y a horas diferentes, todas ellas, dentro del tramo punta de entrada de tráfico a la ciudad: las 8.15 para los tres trayectos largos (desde Alcobendas, Las Rozas y Getafe), las 8.30 para los dos medios (la cruz de Ciudad Lineal y plaza de Castilla) y las 8.45 para los dos cortos (Atocha y la Moncloa).

Los itinerarios cortos se cubrieron andando, en bicicleta, en transporte público y en vehículo privado; en los medios se suprimió el primero, y en los largos (con partida desde las respectivas plazas del Ayuntamiento), los dos sin tracción motor.

Las personas que realizaron la prueba fueron reclutadas de los grupos ecologistas citados. Además se invitó a representantes políticos (concejales), vecinales (el presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos, Prisciliano Castro), sindicales, especialistas en el sector d el transporte y diversos periodistas.

La iniciativa del Comaden y Pedalibre fue un éxito porque corroboró cumplidamente lo que debería ser lógico, aunque en Madrid es casi una quimera, Las bicicletas llegaron primero, los transportes públicos después, luego los peatones y por último -"casi con el control cerrado"- los coches. El factor tiempo no fue el único compulsado. Los organizadores tuvieron en cuenta, para establecer una hipotética clasificación, aspectos económicos, ecológicos y energéticos.

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El resultado de la competición se conocía casi con exactitud antes de empezar. Los organizadores y la mayoría de los invitados querían llamar la atención "sobre la gravedad del problema del transporte urbano, así como provocar una reflexión sobre la necesidad de fomentar otras alternativas de transporte que mejoren la calidad de vida de nuestras ciudades".

La atención se atrajo. Primero, porque los comisionados iban debidamente trajeados, con uniformes de camiseta blanca en la que resaltaba el lema Madrid por todos los medios. Segundo, porque algunos son caras conocidas de la ciudad (Prisciliano Castro, los concejales del PSOE, Eugenio Morales, y de IU, Franco González) y otros, reconocidos sindicalistas (Joaquín Nieto, de CC OO) o expertos en sistemas de transporte (Alfonso Sanz y Carlos Corral). La meta, en plena Puerta del Sol, cerca del oso y el madroño, acapara por sí sola un número de transeúntes habituales suficiente para provocar incluso aglomeraciones.

"La consecuencia es clara: el transporte público puede competir en rapidez, comodidad y precio con el privado, a pesar de que se está invirtiendo mucho más dinero en infraestructuras viarias, carreteras y túneles", señaló un portavoz del Comaden. "En los traslados cortos o medios la bicicleta es un sistema ideal que tampoco se potencia en absoluto", añadió otro militante.

Morales, ex concejal de circulación con el equipo de gobierno de Juan Barranco, valoró la trascendencia de la prueba "por su valor testimonial con algo que llevo tiempo defendiendo en el Ayuntamiento: la necesidad de potenciar los transportes públicos". Morales aseguré que si ahora continuase al mando de la concejalía de tráfico habría acudido a la cita. Franco González dijo al llegar que en metro, desde Moncloa, se va "muy cómodo" hasta Sol. Además aprovechó para criticar al titular municipal de la cartera: "¡Cómo puede decir que la solución del tráfico es imposible!".

El dirigente vecinal fue menos político. Castro se marcó un ritmo de paseo, desde Atocha, díficil de seguir hasta para sus jóvenes acompañantes. Los expertos recordaron que este tipo de circuitos se han realizado en otras ciudades y siempre ofrecen conclusiones parecidas. "Seguir con la política de construir túneles y aparcamientos de residentes en el centro favorece la entrada de los coches y es algo irracional que no nos lleva a ninguna parte", resumió Alfonso Sanz.

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