Cartas al director

Las tres frases

Hay una propensión natural a que los hijos sintamos una gran admiración por nuestros padres. No es ésta una regla determinada que se cumpla en todas las relaciones paternofiliales; en mi caso puedo afirmar que tuve la suerte de tener unos progenitores que, a pesar de todas las dificultades, pusieron todo su empeño en hacer de nosotros personas trabajadoras, justas y honestas. Tenía mi padre tres frases que servían para definir, según las circunstancias, la situación o momento en el que se encontraba. Durante el tiempo que estuvo trabajando, el día que cobraba la nómina decía: "Hay que Joder...

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Hay una propensión natural a que los hijos sintamos una gran admiración por nuestros padres. No es ésta una regla determinada que se cumpla en todas las relaciones paternofiliales; en mi caso puedo afirmar que tuve la suerte de tener unos progenitores que, a pesar de todas las dificultades, pusieron todo su empeño en hacer de nosotros personas trabajadoras, justas y honestas. Tenía mi padre tres frases que servían para definir, según las circunstancias, la situación o momento en el que se encontraba. Durante el tiempo que estuvo trabajando, el día que cobraba la nómina decía: "Hay que Joderse". Más tarde la fue repitiendo todos los meses, desde que se jubiló hasta su muerte, cuando recibía como pensión algo menos de 30.000 pesetas.

La segunda frase, "excuso decir", la solía utilizar cuandoimaginaba cómo habría sido el mundo si Ios nuestros" (los republicanos, claro) hubieran ganado nuestra famosa guerra. Dejó de utilizarla con la llegada al poder de los socialistas. Si ahora viviera estoy completamente seguro de que la seguiría empleando.

La última, "ésta es la realidad", la oíamos, repetidamente, a partir de los días 24 o 25 de cada mes, cuando, después de haber alimentado a sus seis hijos, se las veía y deseaba. Por el contrario, desde que le llegó el turno de cobrar la jubilación, empezaba sobre el día 20; no por gusto, sino por necesidad. Mi madre, con la abnegación que poseían las "madres y esposas" de su época, cuando escuchaba cualquiera de las tres expresiones, decía: 'Fernando, déjalo".

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Han pasado ya unos cuantos años... Yo no tengo seis hijos ni "hice" guerra alguna (sólo la mili) y, de momento, estoy trabajando; de todas formas, muchas mañanas me despierto, me siento en la cama y digo: "Hay que joderse..., excuso decir.... ésta es la realidad...". A mi espalda, Cristina me contesta, muy serena: 'Fernando, déjalo". Algún día acabaremos dejándolo todo, todos. De verdad.-

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