La cuidadora de los ancianos muertos de hambre se desentiende del suceso

La asistenta de los ancianos que se murieron de hambre durante la pasada huelga de cuidadoras declinó ayer cualquier responsabilidad en los fallecimientos de los hermanos Julio y Pilar López de las Heras, de 81 y 87 años de edad. "Si se murieron de hambre, eso tenía que venir de lejos; que pregunten a quienes les atendieron antes". Esta trabajadora, cuyas iniciales son V. M. G., deberá comparecer ante el juez el próximo 4 de junio.

Julio y Pilar López de las Heras, que vivían juntos en el número 3 de la calle de la Manzana (distrito de Centro), fueron encontrados muertos el 6 de noviemb...

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La asistenta de los ancianos que se murieron de hambre durante la pasada huelga de cuidadoras declinó ayer cualquier responsabilidad en los fallecimientos de los hermanos Julio y Pilar López de las Heras, de 81 y 87 años de edad. "Si se murieron de hambre, eso tenía que venir de lejos; que pregunten a quienes les atendieron antes". Esta trabajadora, cuyas iniciales son V. M. G., deberá comparecer ante el juez el próximo 4 de junio.

Julio y Pilar López de las Heras, que vivían juntos en el número 3 de la calle de la Manzana (distrito de Centro), fueron encontrados muertos el 6 de noviembre de 1991, durante la huelga de 20 días que mantuvieron los trabajadores de asistencia a domicilio de Madrid. El Juzgado de Instrucción número 5 de Madrid abrió una investigación para aclarar las muertes.El Instituto Nacional de Toxicología examinó las vísceras de los ancianos y emitió un informe, semanas después, que concluía que la causa probable de ambas fallecimientos era la desnutrición en el caso de Julio, y la inanición en el caso de su hermana.

"Conciencia tranquila"

V. M. G. trabajaba para Amad, una de las empresas contratadas por el Ayuntamiento de Madrid para cuidar, en sus domicilios, a los ancianos desprotegidos. Esta asistenta se mostró ayer muy afectada por el suceso, aunque aclaró que ella no es la responsable.

"Soy una persona normal y tengo la conciencia muy tran quila. Me limité a cumplir las instrucciones de la empresa. Si los ancianos se murieron de hambre, yo no tengo ninguna culpa y, desde luego, eso tenía que venir de lejos", dijo

V. M. G. matizó que ella se hizo cargo de los ancianos sólo durante la huelga y que, antes que ella, "había otras perso

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nas. Que les pregunten a ellas y a la empresa", exhortó.

Antes del paro, otra asistenta atendía todos los días a los ancianos. Después, ya con los servicios mínimos, el cuidado se redujo a una hora durante los martes y los viernes.

Según la versión que facilitó tras el suceso la empresa Amad, encargada de la atención de ambos ancianos, uno de esos viernes cayó en festivo -el 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos- y la asistente no acudió al domicilio. Al lunes siguiente, la cuidadora fue de nuevo a la casa, pero nadie le contestó. Se supone que los ancianos estaban ya muertos.

V. M. G, muy parca en palabras, recordó ayer que ella,cumpliendo los servicios mím_ mos, estuvo dos veces en el domicilio de los ancianos y que en ambas ocasiones les llevó "buenas bolsas de comida" que, sin embargo, no pudo entregarles.

Tras conocerse el informe del Instituto de Toxicología que achacó a la desnutrución e inanición la probable causa de ambas muertes, un responsable político del Ayuntamiento atribuyó "a las asistentas" la responsabilidad del suceso. M. V. G dejó de trabajar para la empresa Amad semanas después del suceso, aunque quiere dejar bien sentado que no la expulsaron: "Me fui yo, voluntariamente, a otra empresa que me ofreció un sueldo mejor".

Citación judicial

Según han informado a este periódico fuentes cercanas a la investigación policial, el juez que instruye el sumario ha citado a declarar para el próximo día 4 de junio a esta asistenta. Con posterioridad, también tendrán que comparecer ante el Juzgado de Instrucción número 5 los responsables de la empresa Amad.

Los ancianos fallecidos se encontraban enfermos y solos, ya que no tenían familiares que los visitasen regurlarmente. Pj, lar llevaba bastante tiempo postrada en la cama, mientras que su hermano sufría diabates y continuas depresiones.

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