Un centro de ancianos lleva nueve años en barracones 'provisionales'

Juegan al mus con abrigo en invierno, y sudando la gota gorda en verano. Los 2.000 jubilados afiliados al centro municipal de tercera edad del Arroyo Belincoso (Moratalaz) llevan nueve años aguantando los rigores del clima. En 1983 el centro fue instalado de forma provisional en unos barracones de una empresa constructora. Nueve años después sigue en el mismo sitio.

Tienen calefacción, pero poca, por falta de potencia eléctrica. En verano, los jubilados intentan mitigar el calor con ventiladores. Pero el aislamiento de estas edificaciones con techo de uralita es malo y ni los abanicos n...

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Juegan al mus con abrigo en invierno, y sudando la gota gorda en verano. Los 2.000 jubilados afiliados al centro municipal de tercera edad del Arroyo Belincoso (Moratalaz) llevan nueve años aguantando los rigores del clima. En 1983 el centro fue instalado de forma provisional en unos barracones de una empresa constructora. Nueve años después sigue en el mismo sitio.

Tienen calefacción, pero poca, por falta de potencia eléctrica. En verano, los jubilados intentan mitigar el calor con ventiladores. Pero el aislamiento de estas edificaciones con techo de uralita es malo y ni los abanicos ni los jerséis pueden impedir que algunos días los ancianos tengan que irse, hartos, a su casa."Ah, ¿pero aquí no tenéis aire acondicionado?". Una joven pregunta ante el estupor del secretario del centro, Pablo Sanz. Éste, socarrón, le señala los barracones: "Ya ves que esto no es el palacio de Linares". El centro social ocupa dos pequeñas casas bajas y la mitad de otra tercera.

En una de las casetas, la que se halla en peor estado, con parte del recubrimiento del techo desprendido, han instalado la secretaría. En otra, el bar, un pequeño local para taller de manualidades, los aseos y dos salas de esparcimiento, una para fumadores y otra para no fumadores. En ellas se ven grupos de hombres jugando a las cartas. Unas mujeres tejen tapices en un cuartito.

La caseta mejor conservada fue habilitada hace cuatro años y alberga una peluquería de caballeros, una biblioteca y un salón de actos. Pero, según afirma Julio Luengo, presidente del centro desde su creación, "está infrautilizada". "Sólo se ha podido organizar una conferencia durante el invierno, porque con el frío la gente salía huyendo", explica. Para lo que sí se utiliza este amplio espacio es para organizar un baile los jueves y los domingos de todo el año. "Tenemos 2.000 afiliados, pero no llegan ni al millar los que vienen por aquí. Acuden un día, pasan frío, ven que hay poco espacio y deciden no volver", añade. Los locales son tema habitual en los últimos plenos de la junta municipal del distrito. "Nos han dicho que ahora no hay presupuestos para construir un edificio, que tendrá que ser en el siguiente ejercicio, pero así llevamos años", concluye.

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