El fiscal reclama un total de 36 años para los acusados de Mancha Real

El fiscal del proceso por la muerte de Ángel Arroyo, ocurrrida en mayo de 1991 y que desencadenó los incidentes de Mancha Real (Jaén) reiteró ayer su petición de un total de 36 años de prisión para los cuatro acusados. El juicio quedó ayer visto para sentencia al renunciar el abogado defensor a que declarasen sus testigos. El fiscal, José María Casado, reclama 15 años, por homicidio para el principal acusado, Julio Romero, y siete años por el mismo delito para cada uno de los otros tres procesados. La acusación particular, representada por Alfonso Ramírez Linde, reiteró su petición de 27 a...

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El fiscal del proceso por la muerte de Ángel Arroyo, ocurrrida en mayo de 1991 y que desencadenó los incidentes de Mancha Real (Jaén) reiteró ayer su petición de un total de 36 años de prisión para los cuatro acusados. El juicio quedó ayer visto para sentencia al renunciar el abogado defensor a que declarasen sus testigos. El fiscal, José María Casado, reclama 15 años, por homicidio para el principal acusado, Julio Romero, y siete años por el mismo delito para cada uno de los otros tres procesados. La acusación particular, representada por Alfonso Ramírez Linde, reiteró su petición de 27 años para Julio Romero por un delito de asesinato y 14 años para los demás por homicidio. Mientras, el abogado defensor, Carlos García, pidió al tribunal que no haga un juicio social.

El letrado de la defensa destacó que los inculpados, todos ellos de etnia gitana, tenían suerte al ser juzgados por profesionales y no por un juzgado popular, que los condenaría por asesinato. La muerte del payo Ángel Arroyo fue el desencadenante de los incidentes en que fueron arrasadas las casas de los vecinos gitanos de Mancha Real. El juicio contra Julio Romero Amador; su primo, Antonio Romero Cortés, y sus padres, José Romero Fernández y Antonia Amador Romero, quedó visto para sentencia a mediodía tras exponer sus conclusiones las partes. Lo que en principio se presumía como un juicio largo, quedó reducido a dos jornadas al renunciar la defensa a sus testigos.

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