Major, dispuesto a aplicar una política monetaria más coordinada con la CE

La formidable victoria electoral de John Major ha devuelto el optimismo a las finanzas británicas. Los mercados han empezado a liberar el dinero retraído en los últimos meses, ante la convicción general de que los laboristas formarían Gobierno, y tanto la libra como la Bolsa se han fortalecido instantáneamente. Major parece dispuesto a aprovechar este clima de confianza para introducir la divisa británica en la banda estrecha del Sistema Monetario Europeo (SME), y todos los analistas esperan que ello ocurra antes del 1 de julio, fecha en que el Reino Unido toma la presidencia rotatoria de la C...

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La formidable victoria electoral de John Major ha devuelto el optimismo a las finanzas británicas. Los mercados han empezado a liberar el dinero retraído en los últimos meses, ante la convicción general de que los laboristas formarían Gobierno, y tanto la libra como la Bolsa se han fortalecido instantáneamente. Major parece dispuesto a aprovechar este clima de confianza para introducir la divisa británica en la banda estrecha del Sistema Monetario Europeo (SME), y todos los analistas esperan que ello ocurra antes del 1 de julio, fecha en que el Reino Unido toma la presidencia rotatoria de la Comunidad Europea. Este movimiento es considerado indispensable para que el Gobierno británico pueda poner en práctica sus planes contra la recesión.El ingreso en la banda estrecha del SME reduciría el margen de fluctuación de la libra desde el 6% actual a un 2,25%, lo cual debería convencer a los mercados de divisas sobre la seguridad de la moneda británica como inversión. La libra ha flaqueado gravemente durante los últimos seis meses, convirtiéndose en la divisa más débil del SME y presionando al alza los tipos de interés británicos.Major, que fue canciller del Exchequer (ministro de Finanzas) y cree firmemente en las ventajas de la coordinación monetaria dentro de la CE, piensa que la banda estrecha acabaría de una vez con las angustias de la libra y permitiría aflojar las restricciones crediticias. Adicionalmente, la retirada de la política de los conservadores más antieuropeístas le dejan las manos libres para acercarse un poco más a la CE.

La relajación de la política monetaria, que se haría de forma muy cautelosa y gradual, constituye el segundo paso en los planes de Major y de su fiel canciller, Norman Lamont. El presupuesto presentado en marzo contenía un fuerte incremento del gasto público, dehasta unos cinco billones de pesetas en el próximo año fiscal (de mayo a mayo) destinados a reactivar la economía. Para compatibilizar tal aumento del gasto con la reducción de impuestos, hace falta una reactivación muy notable. De lo contrario, el endeudamiento correría el riesgo de enquistarse, y la libra se resentiría.

Tipos de interés

John Major ha tomado muy buena nota de las graves consecuencias que han tenido las vertiginosas alzas y bajas de la economía británica durante el thatcherismo. La actual recesión, más temprana y profunda en el conjunto de la CE, tiene su origen en el boom causado por la desregulación de los mercados y el big bang de la Bolsa londinense, previo a la caída bursátil de 1987.

El encargado de estabilizar la actividad económica y de implantar de nuevo un cierto control estatal sobre ella es el carismático Michael Heseltine, nuevo ministro de Industria, Comercio y Energía. Heseltine ha anunciado a sus colaboradores que el Reino Unido "no puede seguir funcionando sin una política industrial bien definida". Bajo la denominación política industrial se recuperarán algunas de las prácticas supuestamente proteccionistas que Thatcher despreciaba. La principal de ellas será la creación de un amplio mecanismo de créditos a la exportación, cuyo objetivo es abrir los mercados exteriores a las empresas británicas y estimular la producción.

Este crecimiento inducido desde arriba debería verse acompañado, por un incremento de la demanda interna. La inflación está en el 4% anual y parece controlada. Si los tipos de interés se relajan un poco (podrían bajar pronto del 10,5% al 10%), el público debería animarse a gastar y a endeudarse. El ahorro ha crecido en los últimos dos años, y muchas inversiones que estaban frenadas (desde la compra de casas y automóviles hasta la ampliación de factorías) tendrían que efectuarse ya ante la nueva perspectiva: Gobierno conservador al menos hasta 1997, impuestos bajos, inflación controlada y libra estable.

El aumento de las exportaciones y de la demanda interna permitiría incrementar el empleo, objetivo último de John Major. El Reino Unido roza los tres millones de parados (9,4% de la población activa), el nivel más alto de su historia.

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