La City recibe con euforia el triunfo conservador

Un estruendoso "¡hurra!" resonó a las 1.30 de ayer (2.30, hora peninsular española) en la sala central de cambios del Barclay's Bank en la City londinense. Las proyecciones de las cadenas de televisión acababan de indicar que los conservadores de John Major iban, por fin y contra todo pronóstico, a ratificar la mayoría absoluta. La Bolsa, cuyos operadores se mantuvieron toda la noche en trepidante vela, tuvo ocasión de manifestar lo que pensaba en el primer momento que se le brindó la oportunidad: al abrirse la sesión, a las ocho en punto de la mañana, el índice subió 132,2 puntos y recuperó d...

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Un estruendoso "¡hurra!" resonó a las 1.30 de ayer (2.30, hora peninsular española) en la sala central de cambios del Barclay's Bank en la City londinense. Las proyecciones de las cadenas de televisión acababan de indicar que los conservadores de John Major iban, por fin y contra todo pronóstico, a ratificar la mayoría absoluta. La Bolsa, cuyos operadores se mantuvieron toda la noche en trepidante vela, tuvo ocasión de manifestar lo que pensaba en el primer momento que se le brindó la oportunidad: al abrirse la sesión, a las ocho en punto de la mañana, el índice subió 132,2 puntos y recuperó de golpe prácticamente los 138 puntos que había perdido a lo largo de la campaña, la más fuerte subida desde octubre de 1987, ascenso que se espera siga en los próximos días.La banca londinense estuvo también toda la noche pendiente de la carrera electoral y, antes de que se conociera el resultado, un banquero hizo explícito lo que piensa el dinero británico: "Si los laboristas no ganan de ésta, que se vayan despidiendo; no podrán ser elegidos una vez que se produzca la recuperación económica". Los círculos económico-financieros del Reino Unido coincidían ayer en afirmar que la victoria de Major era una "muy buena noticia" y que supone "el mejor resultado posible para el país y la economía".

Esos medios dan casi por hecho que los resultados van a aportar una mayor confianza a los consumidores y a reactivar la economía, aunque habrá que esperar al menos un trimestre para apreciar tendencias y obtener resultados tangibles. Pero Gavyn Davies, uno de los analistas más apreciados por Major, no se dejó arrastrar por el sentir del ambiente: "Esta euforia se acabará el lunes, cuando la gente se dé cuenta de que aún estamos en plena recesión".

Sube la libra

Los más optimistas, sin embargo, no descartan la posibilidad de que el Gobierno británico proceda a una reducción de los tipos de interés a corto plazo si se confirma la incipiente recuperación de la libra esterlina, aunque tal medida no es del todo aconsejable. La libra reaccionó de forma cauta frente al marco y subió de los 2,86 marcos a los 2,88. Su tipo medio en el Sistema Monetario Europeo es de 2,95, y durante meses ha estado rozando el limite inferior de su banda de fluctuación, que, como la de la peseta, es del 6%.

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Todo parecía brillar ayer en Londres para los conservadores, incluido el oro. El precio de la onza en el mercado londinense de metales preciosos también subió en la apertura, hasta los 340 dólares. Para abajo se movió, en cambio, el índice de inflación, que en su tasa interanual de marzo cedió una décima y se quedó en el 4%. Esta reducción, aunque menor de lo esperado, fue interpretada como una señal de que el Gobierno de Major es capaz de mantener controlado el índice de inflación y que puede sentirse tentado a recortar unos tipos de interés estancados en el 10,5%.

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