González pide a Bush que contribuya al desarrollo de Europa con una presencia activa de EE UU

Felipe González hizo ayer desde la Casa Blanca un solemne llamamiento a George Bush para que siga involucrando a EE UU enEuropa, a pesar de que la guerra fría haya concluido: "Creemos que el papel de Estados Unidos y su presencia en la evolución M continente europeo es ( ... ) esencial y necesaria para la estabilidad y el desarrollo pacífico" de] Viejo Continente. González hizo estas afirmaciones al término de una entrevista y un almuerzo con Bush, que se deshizo en elogios a su huésped, al que agradeció "su liderazgo en numerosas cuestiones de este hemisferio ( ... )", y al que, reveló, "pide...

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Felipe González hizo ayer desde la Casa Blanca un solemne llamamiento a George Bush para que siga involucrando a EE UU enEuropa, a pesar de que la guerra fría haya concluido: "Creemos que el papel de Estados Unidos y su presencia en la evolución M continente europeo es ( ... ) esencial y necesaria para la estabilidad y el desarrollo pacífico" de] Viejo Continente. González hizo estas afirmaciones al término de una entrevista y un almuerzo con Bush, que se deshizo en elogios a su huésped, al que agradeció "su liderazgo en numerosas cuestiones de este hemisferio ( ... )", y al que, reveló, "pide consejo sobre numerosos temas, desde los de mayor envergadura hasta los asuntos más sencillos".

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Ambos mandatarios coincidieron, a su salida de la Casa Blanca, en que las relaciones entre España y EE UU habían alcanzado, según resaltó González, "su mejor nivel en la historia", y en su conversación apenas abordaron las cuestiones bilaterales y se centraron más bien en dar un repaso a la actualidad mundial, en la que, según Bush, "hay coincidencia de puntos de vista en casi todos los asuntos".

Tanto en su breve alocución al término del almuerzo como en la larga conferencia de prensa que dio en la Embajada de España, González advirtió hasta la saciedad en que el vínculo transatlántico entre Europa y EE UU "es necesario para la estabilidad y seguridad de ambas partes". "Me preocupa la tendencia a la renacionalización de las políticas cuando el mundo es cada vez más interdependiente". Y esa tendencia "no sólo afecta a EE UU, sino a otros países ( ... ), aunque en este caso adquiere una importancia mucho mayor".El rechazo del aislacionismo por el presidente español, en línea con los comentarios hechos recientemente en la Casa Blanca por los jefes de Gobierno de Alemania e Italia, Helmut Kohl y Giulio Andreotti, respectivamente, adquiere un especial significado porque los rivales de Bush en la campaña electoral, el demócrata Bill Clinton y, en menor medida, el republicano Patrick Buchanan, han criticado a Bush por ocuparse demasiado de política exterior.

En un intento de justificar a su anfitrión, González se puso como ejemplo. Tras recordar que se le ataca en España con los mismos argumentos, recalcó: "Me canso de repetir que la política europea es política interior porque el 80% de las decisiones que nos afectan se toman en el marco de la Comunidad Europea".

El vínculo transatlántico entre ambos continente pasa, en gran medida, por la OTAN, de la que González no dudó en afirmar que era "un esquema de seguridad difícilmente sustituible" porque es "el que tiene más solera y atractivo para los no miembros". Resaltó que en este foro se ha producido a veces una mayor coincidencia entre España y EE UU, como en el caso de Yugoslavia durante la cumbre atlántica de noviembre en Roma, que entre el Gobierno español y algunos socios comunitarios.

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El protagonismo de EE UU en las ayudas concedidas a la Comunidad de Estados Independientes -el miércoles, Bush anunció un nuevo plan de 24.000 millones de dólares- parece algo excesivo a la delegación española porque relega a una CE que se hace cargo del grueso de la asistencia, pero González se abstuvo ayer de criticarlo. Se limitó a recordar que el anuncio de Bush "se corresponde con iniciativas de los Doce" y añadió que España asumirá 1a parte que nos toque".

La prensa latinoamericana avasalló al jefe del Gobierno con una retahíla dé preguntas sobre Cuba que indisponían al ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, que cuchicheaba constantemente: "Son unos pesados". González, por primera vez, dejó indirectamente traslucir su decepción ante a escasa receptividad del líder cubano, Fidel Castro, a los conejos que recibe sobre la necesidad de "insertar a su país en la corriente democratizadora que recorre América Latina".

"Hay que seguir insistiendo ante Castro]; no hay que perder a tenacidad", señaló el huésped español, aunque acabó confesando que sabía "que entre mis colegas cunde el pesimismo". Aludía a los jefes de Estado de México, Colombia y Venezuela, con los que en enero mantuvo en la capital mexicana una conversación sobre las perspectivas de cambio en la isla caribeña.

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