Uno de cada siete vecinos de Amsterdam apoya en referéndum limitar el tráfico

El primer referéndum en la historia de Amsterdam, dedicado a la limitación del tráfico en el centro de la ciudad, atrajo sólo a un 27% de los casi 600.000 votantes convocados por el Ayuntamiento. De éstos, cerca de un 53% (lo que globalmente supone una proporción de uno de cada siete ciudadanos) se pronunció a favor de una reducción drástica del número de coches en el corazón de la ciudad. El resto prefirió inclinarse por la adopción de medidas menos radicales. La consulta no tenía carácter vinculante para el Ayuntamiento, que en abril debe adoptar una decisión definitiva.Poco antes de iniciar...

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El primer referéndum en la historia de Amsterdam, dedicado a la limitación del tráfico en el centro de la ciudad, atrajo sólo a un 27% de los casi 600.000 votantes convocados por el Ayuntamiento. De éstos, cerca de un 53% (lo que globalmente supone una proporción de uno de cada siete ciudadanos) se pronunció a favor de una reducción drástica del número de coches en el corazón de la ciudad. El resto prefirió inclinarse por la adopción de medidas menos radicales. La consulta no tenía carácter vinculante para el Ayuntamiento, que en abril debe adoptar una decisión definitiva.Poco antes de iniciarse la votación, Ed van Thijn, alcalde socialista de Amsterdam, había manifestado que el juicio moral de los ciudadanos "influiría en el equipo consistorial a la hora de escoger la fórmula para contener el tráfico". Él mismo es partidario de crear una zona libre de coches siempre que mejore el transporte público urbano. La escasa afluencia de votantes contrasta con la polémica desatada por el referéndum y el interés mostrado por los ciudadanos acerca de la situación general del tráfico.

Durante las votaciones y tal y como se esperaba, la zona centro mostró mayor interés (40%) que las áreas periféricas, donde la respuesta (14%) fue mucho menor. Todos los ciudadanos debieron escoger una de las dos propuestas (plan A y plan B) incluidas en la papeleta de voto. El plan A presentaba un casco antiguo con 23.000 plazas para aparcar, caras y de corta duración, además de mejores transportes públicos. En el B aparecían sólo 11.500 plazas dedicadas a automóviles, más garajes fuera del área, una mejora sustancial del transporte urbano y reducciones visibles en las tarifas de los taxis.

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