Juez e insumisión

Acaba de hacerse pública la sentencia absolutoria que el juez ha dictado en favor del objetor insumiso Iñaqui Arredondo García.No es la primera vez que un juez intenta paliar con sus decisiones judiciales la torpeza política de nuestros gobernantes, aferrados en utilizar la represión como única vía para resolver determinados conflictos sociales. No es la primera vez, porque ahí están las demandas de indulto incluidas en recientes sentencias condenatorias. Ahí está la decisión del Juzgado de Instrucción número 38 de Madrid archivando otro caso. Ahí están también recientísimas sentencias en San ...

Acaba de hacerse pública la sentencia absolutoria que el juez ha dictado en favor del objetor insumiso Iñaqui Arredondo García.No es la primera vez que un juez intenta paliar con sus decisiones judiciales la torpeza política de nuestros gobernantes, aferrados en utilizar la represión como única vía para resolver determinados conflictos sociales. No es la primera vez, porque ahí están las demandas de indulto incluidas en recientes sentencias condenatorias. Ahí está la decisión del Juzgado de Instrucción número 38 de Madrid archivando otro caso. Ahí están también recientísimas sentencias en San Sebastián condenando a un mes y un día de arresto...

Pero sí es la primera vez que un juez dicta, con claridad y precisión argumental, una sentencia totalmente absolutoria. Es imprescindible que los jueces estén atentos, para administrar justicia, no sólo a los textos de las leyes, sino a los contextos sociales en que estas leyes son aplicadas. Es importante, sobre todo, que los jueces permanezcan atentos al sentir social, cuando los gobernantes presionan ferozmente sobre los ciudadanos, monopolizando los grandes medios de comunicación y utilizando las mayorías mecánicas en los Parlamentos para despreciar olímpicamente ese sentir social que se expresa constantemente y no sólo en los votos que se emiten cada equis años.

A tenor de las rabiosas y desafortunadas palabras del ministro de Defensa, el señor juez debe pertenecer a "un partido de ul-

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traizquierdas, que recoge los restos del naufragio del comunismo". Qué manía la de los señores Alfonso Guerra, Corcuera, Vargas, etcétera, de tachar de antidemócratas, comunistas (¿y judeomasónicos?) a todos los que no comulgan con ellos sin rechistar.

Una sociedad que encarcela a sus jóvenes por mantener una conciencia moral pacifista es una sociedad enferma de muerte.

Afortunadamente ya se empiezan a levantar muchas voces contra esta brutalidad represiva del Estado. Como siempre ha sucedido a lo largo de la historia, se levantarán también quienes por la fuerza quieran acallar esas voces- De la Asociación de Madres y Padres de Objetores Insumisos.