Dos veces inocente

Un jurado popular y jueces de Barcelona coinciden en absolver a una prostituta de asesinato

A Nélida Jacinta Sánchez Ochoa, una prostituta juzgada en la Audiencia de Barcelona por el asesinato de su chulo, Óscar Vega Miel, casi no le cambió ayer la expresión cuando escuchó de boca del presidente del jurado popular el veredicto: "Inocente". Su rostro, en cambio, dibujó una expresiva sonrisa y su cuerpo dio un respingo al oír que el magistrado que presidía la sala que le juzgó ordenaba su "inmediata puesta en libertad" tras absolverla del crimen.En esta ocasión, el ensayo de un jurado popular, compuesto por 11 personas, y el veredicto del tribunal de magistrados han coincidido. ...

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A Nélida Jacinta Sánchez Ochoa, una prostituta juzgada en la Audiencia de Barcelona por el asesinato de su chulo, Óscar Vega Miel, casi no le cambió ayer la expresión cuando escuchó de boca del presidente del jurado popular el veredicto: "Inocente". Su rostro, en cambio, dibujó una expresiva sonrisa y su cuerpo dio un respingo al oír que el magistrado que presidía la sala que le juzgó ordenaba su "inmediata puesta en libertad" tras absolverla del crimen.En esta ocasión, el ensayo de un jurado popular, compuesto por 11 personas, y el veredicto del tribunal de magistrados han coincidido. Ninguno de los dos ha creído que hubiera suficientes pruebas para declarar culpable a Nélida, una argentina de 43 años que vivía en Barcelona desde hacía cuatro. A esta ciudad llegó, con su chulo, Óscar Vega, para trabajar como prostituta. El crimen ocurrió en la noche del 22 de junio de 1990.

Esta mujer, que ha pasado un año y medio en prisión preventiva por la acusación de asesinato, llegó a reconocer el crimen en su primera declaración ante la policía, pero luego se retractó e inculpó a un amigo del fallecido por un antiguo ajuste de cuentas. La ausencia de pruebas concluyentes sobre la autoría del crimen y el niísterio de a quién correspondían unas huellas de dedos manchados con sangre en el escenario del crimen, un piso de la calle de Bailén de Barcelona, han sido los puntos clave para qui jurado y tribunal aplicaran el principio constitucional de la presunción de inocencia.

La sentencia del tribunal es unitaria. En el caso del jurado, dos de sus miembros se abstuvieron al pronunciarse sobre si la acusada era inocente o culpable. Para los otros nueve es inocente. Todos coinciden en que un cuchillo ocasionó las heridas mortales a la víctima, pero para ninguno -ni magistrados ni ciudadanos- está claro quién lo empuñó. Para nueve miembros del jurado, la mujer fue mera espectadora de lo ocurrido; los otros dos creen que pudo colaborar, pero no materialmente.

El tribunal, en la sentencia, estima que Nélida no lo hizo, sino que una tercera persona que estaba en el domicilio fue la que apuñaló mortalmente a Óscar Vega. Por eso, los jueces han ordenado que prosiga la investigación hasta dar con el asesino.

Las ocho mujeres y los tres hombres que componían el jurado no dudaron de calificar de "muy satisfactoria" la experiencia, la tercera organizada por el Grupo de Abogados Jóvenes. Muchos de ellos se mostraron partidarios de que la institución del jurado popular se ponga en marcha en España. El jurado -seis estudiantes, un jubilado, un ama de casa, un opositor y un agente comercial- explicó que se había tomado el ensayo "como si fuera de verdad, como si el fallo fuera vinculante. Por eso", resumía su presidente, Pere Merollo, un técnico del Ayuntamiento, "`deliberamos más de cinco horas sobre las pruebas, las declaraciones, los infórmes". Mientras, Nélida abandonaba la sala ' libre, afirmando: "Yo pedí justicia y la justicia ahí está".

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