La bomba que cayó cerca del Rey se había desviado

El ministro de Defensa, Julián García Vargas, admitió ayer que hubo "un pequeño margen de error" en la bomba que cayó cerca del portaaviones Príncipe de Asturias, a bordo del cual se encontraba el Rey, durante las maniobras en las que se hundió el destructor Churruca, el pasado 12 de diciembre, en aguas de Canarias. El ministro explicó que la bomba, de 500 kilos de peso y en caída libre, se desvió fuera de la estela del buque", donde tenía que haber impactado, y lo hizo "ligeramente a costado" del barco, lo que produjo un "ligerísimo movimiento" del mismo.García Vargas compareció...

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El ministro de Defensa, Julián García Vargas, admitió ayer que hubo "un pequeño margen de error" en la bomba que cayó cerca del portaaviones Príncipe de Asturias, a bordo del cual se encontraba el Rey, durante las maniobras en las que se hundió el destructor Churruca, el pasado 12 de diciembre, en aguas de Canarias. El ministro explicó que la bomba, de 500 kilos de peso y en caída libre, se desvió fuera de la estela del buque", donde tenía que haber impactado, y lo hizo "ligeramente a costado" del barco, lo que produjo un "ligerísimo movimiento" del mismo.García Vargas compareció ayer ante la Comisión de defensa del Congreso para contestar a doce preguntas de los diputados Santiago López Valdivielso, del Grupo Popular, y José Ramón Caso, del CDS, sobre las maniobras Sinkex-91 y, especialmente, sobre el supuesto incidente protagonizado por un caza F-18.

El ministro calificó de "Imposible" que la bomba cayera a sólo 200 metros del portaviones, tal como señalaron algunos medios informativos, e indicó que "se respetó la distancia habitual" en este tipo de lanzamientos.

Tras reconocer que "es imposible medir con exactitud la distancia en el mar, debido a la falta de puntos de referencia", aseguró que la bomba cayó aproximadamente a un kilómetro del portaaviones: "Quizá a algo menos de 1.000 nietros". La investigación de Defensa se ha visto dificultada por el hecho de que el último y polémico lanzamiento no fue grabado por la cámara de video que llevaban los aviones.

El Churruca se hundió 29 minutos antes de que los F-18, que habían despegado de Torrejón (Madrid), llegaran a la zona de maniobras, tras hacer varios reabastecimientos en vuelo.

Por ello, según el relato de García,Vargas, se decidió que descargaran los proyectiles en el mar, adjudicándoles blancos imaginarios, delimitados por las respectivas coordenadas, ya que "no se podía correr el riesgo de que volvieran a la Península con las bombas". Por su parte, López Valdivielso subrayó que "lo importante no es dónde cayó la bomba, sino dónde tenía que haber caído".

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