Tribuna:

No salen las cuentas

La Bolsa española continúa dormitando bajo los efectos del IPC de enero, sin que los inversores acierten a explicarse el porqué de esa modorra a partir de un producto teóricamente excitante. Si un futuro con la inflación bajo control -entiéndase esto como se entienda- no consigue hacer reaccionar a la inversión es que hay alguna pieza que no encaja en el rompecabezas económico y la Bolsa ha optado por un movimiento lateral amplio, es decir, por ganar, o perder, tiempo a la espera de una solución concreta.En los patios de operaciones hay una pregunta sin respuesta, referida a la inmovilidad de ...

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La Bolsa española continúa dormitando bajo los efectos del IPC de enero, sin que los inversores acierten a explicarse el porqué de esa modorra a partir de un producto teóricamente excitante. Si un futuro con la inflación bajo control -entiéndase esto como se entienda- no consigue hacer reaccionar a la inversión es que hay alguna pieza que no encaja en el rompecabezas económico y la Bolsa ha optado por un movimiento lateral amplio, es decir, por ganar, o perder, tiempo a la espera de una solución concreta.En los patios de operaciones hay una pregunta sin respuesta, referida a la inmovilidad de los tipos de interés con una tasa de inflación que puede considerarse como baja, dadas las circunstancias.

Todo parece indicar que los inversores se fían más de las decisiones del Banco de España que de los datos que aporta el Ministerio de Economía, lo que sitúa el pulso del sistema económico en la evolución de los tipos de interés y, hoy por hoy, este sistema no genera argumentos válidos en favor de un descenso del precio del dinero.

El volumen negociado en esta sesión -poco más de 10.000 millones de pesetas en el mercado continuo- indica cierto equilibrio entre incertidumbre y tranquilidad. El índice subió al cierre 47 centésimas.

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