Argelia ha perdido una ocasión histórica para desmitificar el integrismo

Amar Bentuni no es una excepción. Todos son iguales. Los abogados, cuando acumulan un buen número de años, y él tiene 68, y experiencias, terminan teniendo el mismo tipo de despa chos, en los que se mezclan recuerdos, secretos, libros, diplomas, polvo, y mal gusto. Pero en la semipenumbra del despacho de este jurista -secretario general de la Asociación Internacional de Juristas Democráticos y miembro de Amnistía Internacional- hay, además, un detalle singular. Es esa foto, colocada junto con otras muchas en la repisa de mármol de su chimenea, en la que el ministro de Justicia Bentuni aparece ...

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Amar Bentuni no es una excepción. Todos son iguales. Los abogados, cuando acumulan un buen número de años, y él tiene 68, y experiencias, terminan teniendo el mismo tipo de despa chos, en los que se mezclan recuerdos, secretos, libros, diplomas, polvo, y mal gusto. Pero en la semipenumbra del despacho de este jurista -secretario general de la Asociación Internacional de Juristas Democráticos y miembro de Amnistía Internacional- hay, además, un detalle singular. Es esa foto, colocada junto con otras muchas en la repisa de mármol de su chimenea, en la que el ministro de Justicia Bentuni aparece junto con el pre sidente argelino Ben Bella. La fotografia puede tener 30 años.Lo que Bentuni no sabía el día de la foto es que su carrera de ministro de Justicia acabaría poco después y que sería confinado durante un año en el Sáhara por oponerse al poder unipersonal del presidente, por protestar por la detención del líder Mohamed Budiaf -hoy convertido en presidente del directorio cívico-militar- y por disentir de las penas de muerte como solución jurídica y política. Tampoco sabía que después, durante el mandato presidencial de Huari Bumedian y como representante del colectivo de abogados, entraría en conflicto con el presidente y que optaría por dedicar el resto de su vida a defender a presos políticos. Entre sus clientes está Abasi Madani, número uno de la organización integrista Frente Islámico de Salvación (FIS), hoy en la prisión militar de Blida.

Pregunta. ¿Qué es lo que está pasando en Argelia?

Respuesta. Desde un punto de vista jurídico, se ha interrumpido el proceso electoral, lo que contradice la Constitución. Se pueden dar todo tipo de explicaciones políticas, pero, en el fondo, esto es un golpe de Estado legalista, no constitucional.

Desmitificar el integrismo

P. ¿Cree que con el integrismo hubiera sido mejor?

R. El problema es que Argelia ha perdido una ocasión histórica para desmitificar el integrismo. De la misma manera que hicimos la experiencia de un partido único y ahora no hay nadie que quiera partido único, hubiéramos tenido que asumir la experiencia de un partido religioso, dejarle gobernar y permitirle que se desacreditase, para desembocar en una sociedad civil. Así, de una vez y para siempre, nos hubiéramos desecho del integrismo y hubiéramos acabado con sus hipotecas. El FIS hubiera fracasado por los problemas económicos, hubiera quedado aislado y desmitificado. Pero ahora se ha convertido en una víctima ocupando el lugar en el que hubiera debido quedar la democracia.

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P. Muy mal lo pinta usted.

R. No, en la sociedad argelina hay elementos suficientes que permiten apostar en favor de un Estado moderno. Para empezar, el Ejército es un ejército republicano y que, de una manera general, está en favor de la democracia; buena prueba de ello es que ha llamado a Budiaf y a Gozali para gestionar el país. Se respetan la libertad de expresión y de asociación, incluso dentro del estado de excepción. El hecho, por ejemplo, de que exista un ministro de Derechos Humanos es otro elemento positivo. Pero además hay otras cuestiones positivas, como esas nuevas generaciones que, de una forma consciente o inconsciente, han asumido valores occidentales. Hay una cierta laicidad en la sociedad y estamos además parabolizados, de antena parabólica, ya que ocho o nueve millones de personas viven conectados con Europa a través de sus televisiones.

P. ¿Y cómo explica que tal sociedad votara al FIS?

R. El FIS ha reunido a los desheredados, que trataban de resolver asi sus problemas. Pero, sobre todo, quienes le han votado lo han hecho para rechazar el Frente de Liberación Nacional y el sistema de partido único. Ha sido un rechazo al ex presidente Chadli Benyedid y a su gente. Todo el mundo sabe que el hijo de Benyedid está implicado en un proceso de corrupción bancaria y que su esposa cobraba comisiones. Todo el mundo sabe de los millones de dinares recibidos en comisión por responsables de la Administración.

P. Y después, ¿qué?

R. Para los argelinos lo importante era que el FIS les ayudara a desembarazarse del partido único; después ellos, con sus propios medios, ya se quitarían de encima el integrismo. Esto es lo que explica y justifica el voto al FIS. Hay que explicar también que el alto índice de abstención fue provocado por la actitud de Benyedid, quien pocos días antes de las elecciones anunció que iba a continuar. Entonces, una buena parte del electorado se dio cuerita de que nada iba a cambiar en Argelia, que poco importaba lo que votasen. Por eso se abstuvieron.

P. ¿Adónde va Argelia?

R. El Alto Comité de Estado está compuesto por gente conocida por su patriotismo, honestidad e integridad. Los conozco a casi todos. A Budiaf, el primero. Es un hombre de carácter. No se va a dejar manipular fácilmente. Pero el futuro de Argelia va a depender de su situación económica. Esto va a ser determinante.

P. ¿Y qué va a pasar con la democracia?

R. El futuro de la democracia dependerá de lo que aquí pase en este momento. De la manera como se ejerza la represión y se gestione el estado de excepción. Yo creo que se puede confiar en el Ejército. Los límites del poder del Ejército lo pondrán las nuevas generaciones. Su voluntad es la de combatir. La gente quiere la democracia. Argelia acabará siendo democrática.

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