El consejero vasco de Interior acusa a HB de formar una "mafia" con ETA

"La mafia vasca tiene dos brazos: ETA y la Mesa Nacional de Herri Batasuna y su entorno". Así de claro lo expresó ayer en el Parlamento vasco el consejero de Interior, el peneuvista Juan María Atutxa, al explicar la reciente operación contra un grupo de extorsionadores que recaudaba el impuesto revolucionario de ETA. Para Atutxa, el máximo responsable del grupo desarticulado era Felipe San Epifanio, Pípe, que ha figurado como miembro de la Mesa Nacional de HB y es buscado desde el pasado año. La personalidad de los detenidos, según Atutxa, no permite dudar sobre las implicaciones...

"La mafia vasca tiene dos brazos: ETA y la Mesa Nacional de Herri Batasuna y su entorno". Así de claro lo expresó ayer en el Parlamento vasco el consejero de Interior, el peneuvista Juan María Atutxa, al explicar la reciente operación contra un grupo de extorsionadores que recaudaba el impuesto revolucionario de ETA. Para Atutxa, el máximo responsable del grupo desarticulado era Felipe San Epifanio, Pípe, que ha figurado como miembro de la Mesa Nacional de HB y es buscado desde el pasado año. La personalidad de los detenidos, según Atutxa, no permite dudar sobre las implicaciones de HB y del sindicato abertzale LAB en el "magma" dedicado al chantaje y la extorsión.En una iniciativa sin precedentes, Atutxa presentó ante el Parlamento vasco vídeos, cintas magnetofónicas y todo tipo de pruebas sobre la implicación de los detenidos en chantajes efectuados en nombre de ETA. En uno de los vídeos, dos de los detenidos discuten con el representante de una persona extorsionada sobre la cantidad a pagar. Al final, los extorsionadores se marchan con gestos airados y el representante les sigue en un intento desesperado por renegociar los pagos.

Los detenidos en la operación, dirigida por la Ertzaintza, son el abogado Álvaro Reizabal, ex miembro de la Mesa Nacional de HB y ex diputado autonómico; un representante del sindicato LAB; un miembro de HASI, partido integrado en HB, y un empleado del diario Egin. El juez Carlos Bueren ordenó anoche el ingreso en prisión de los cuatro.

Uno de los detenidos llegó a atemorizar a las hijas de una industrial de San Sebastián para que pagara 30 millones, después de varios intentos por carta.

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