Otros dos presos se fugan de la cárcel de Burgos tras saltar el muro

Dos presos comunes escaparon ayer de la cárcel de Burgos tras amenazar a un funcionario y alcanzar el muro exterior. La fuga se produjo hacia las siete y media de la tarde. La dirección de la cárcel había empezado a aplicar nuevas medidas de vigilancia tras las protestas de los funcionarios por la situación de inseguridad de la prisión, de la que el año pasado huyeron seis internos.Los reclusos comunes Jesús María Serna Martín, de 30 años, vecino de Burgos; Pedro Fernández Aragón, de 28 años, vecino de Toledo, y José Muñoz Sánchez, de 33 años, amenazaron con, un pincho a un funcionario, al que...

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Dos presos comunes escaparon ayer de la cárcel de Burgos tras amenazar a un funcionario y alcanzar el muro exterior. La fuga se produjo hacia las siete y media de la tarde. La dirección de la cárcel había empezado a aplicar nuevas medidas de vigilancia tras las protestas de los funcionarios por la situación de inseguridad de la prisión, de la que el año pasado huyeron seis internos.Los reclusos comunes Jesús María Serna Martín, de 30 años, vecino de Burgos; Pedro Fernández Aragón, de 28 años, vecino de Toledo, y José Muñoz Sánchez, de 33 años, amenazaron con, un pincho a un funcionario, al que dejaron maniatado. Posteriormente, y con la ayuda de una escalera, consiguieron saltar la valla metálica del recinto.

Los centinelas de la Guardia Civil efectuaron varios disparos al aire, aunque sólo pudieron detener a José Muñoz, quien al parecer se hirió cuando saltaba el muro exterior. La policía estableció controles en las inmediaciones del recinto y en otros puntos de la ciudad para intentar detener a los presos fugados, que no eran considerados peligrosos.

El director de la cárcel de Burgos, Felipe Martos, empezó a aplicar a finales del pasado año nuevas medidas de seguridad en el recinto penitenciario del que seis internos se escaparon durante 1991. La anterior fuga se produjo el 8 de diciembre. Dos presos peligros se evadieron tras serrar los barrotes de sus celdas y se deslizaron al exterior ayudándose con sábanas entrelazadas. Días después fueron detenidos en Valencia y Galicia. A raíz de esta fuga, los funcionarios, que ya venían denunciando la falta de vigilancia en muchos puntos de la cárcel burgalesa, realizaron un encierro de una semana.

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