Los empleados del Doce de Octubre piden la dimisión del gerente

El sindicato de enfermería Satse-Madrid pidió ayer la dimisión inmediata del gerente del hospital Doce de Octubre, cuyo director general es José María Ribera, y de todo el equipo directivo del centro sanitario, al considerar que el desmentido oficial al colapso de las urgencias "denota la intención de ocultar hechos indeseables pero reales''.Los trabajadores denunciaron ayer que las urgencias del hospital estuvieron desbordadas las últimas navidades, en contra del comunicado de la dirección del hospital, que calificaba dicho periodo como uno de los más tranquilos. Según los trabajadores, la co...

El sindicato de enfermería Satse-Madrid pidió ayer la dimisión inmediata del gerente del hospital Doce de Octubre, cuyo director general es José María Ribera, y de todo el equipo directivo del centro sanitario, al considerar que el desmentido oficial al colapso de las urgencias "denota la intención de ocultar hechos indeseables pero reales''.Los trabajadores denunciaron ayer que las urgencias del hospital estuvieron desbordadas las últimas navidades, en contra del comunicado de la dirección del hospital, que calificaba dicho periodo como uno de los más tranquilos. Según los trabajadores, la concentración de pacientes en las urgencias es un hecho crónico desde hace al menos dos años. La acumulación de camillas, según las mismas fuentes, hace que para atender a un enfermo haya que saltar por encima de otro.

Los trabajadores del centro, en una nota hecha pública ayer y firmada por más de 200 empleados, emplazan a la dirección a señalar si es normal "estar cuatro horas esperando atención sanitaria, no disponer de camas hasta cuatro días después de acceder a urgencias o tener que ver cómo un enfermero, celador o médico tienen que saltar por encima de las camillas para atender a un paciente".

Los empleados consideran injustificabe que la dirección tenga un "profundo desconocimiento" del servicio, que atiende a unas 400 personas al día.

El sindicato de enfermería pone en duda la "catadura moral" de ciertos gerentes que no dudan en afirmar que sus centros son modélicos sin tan siquiera molestarse en preguntar a sus trabajadores.