Cartas al director

Mirar su propio ombligo

En primer lugar, permítanme felicitarles por la atención que prestan ustedes a la fotografía como tal en su diario. Si bien esta atención es minúscula, resulta desmesurada en comparación a la atención que en general se le dedica en otros medios.Sin embargo, no puedo dejar de sorprenderme ante la crítica que el señor Falces realiza a propósito de la fotografía norteamericana, y en especial de Ansel Adams (EL PAÍS, Babelia, sábado 14 de diciembre).

Muy pobre de espíritu ha de ser, bienaventurado quizá, quien se aburre al "mirar su propio ombligo", cuando éste abarca desde los desie...

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En primer lugar, permítanme felicitarles por la atención que prestan ustedes a la fotografía como tal en su diario. Si bien esta atención es minúscula, resulta desmesurada en comparación a la atención que en general se le dedica en otros medios.Sin embargo, no puedo dejar de sorprenderme ante la crítica que el señor Falces realiza a propósito de la fotografía norteamericana, y en especial de Ansel Adams (EL PAÍS, Babelia, sábado 14 de diciembre).

Muy pobre de espíritu ha de ser, bienaventurado quizá, quien se aburre al "mirar su propio ombligo", cuando éste abarca desde los desiertos de Nevada hasta las cordilleras de Alaska, desde los Apalaches hasta Sierra Nevada, o desde lo Inuit hasta los Pies Negros. Pobre perspectiva la de reducir toda la geografía a un mero catálogo, y gran, elogio para la botánica pretender que sus tratados abarquen temas tan extensos como los recogidos por Ansel Adams. Y pienso en Moonrise, Clearing Winter Storm, Frozen Lake and Cliffs, etcétera.

Sin duda, muchas de sus fotografías pudieran ser la ilustración de algún texto, pero hay textos que, en la historia de la escritura, sólo unos pocos desde Homero han sido capaces de redactar.-

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