Dos presos muy peligrosos logran fugarse con rehenes tras amotinarse en la cárcel de Huesca

Dos presos considerados muy peligrosos, Manuel Jesús Castillo Jurado, de 38 años, y Carlos Manuel Estévez García, de 28, consiguieron fugarse anoche de la prisión Provincial de Huesca tras secuestrar a un jefe de servicio, seis funcionarios y un maestro. Los reclusos hirieron con un pincho al responsable de servicio de la cárcel, José Sanz Monclús, de 44 años, cuando éste intentaba evitar la acción. Los internos, que cumplían condenas de 32 y 25 años, respectivamente, salieron del centro en el vehículo del director, llevando como rehenes a dos de los funcionarios, a los que amenazaban con arma...

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Dos presos considerados muy peligrosos, Manuel Jesús Castillo Jurado, de 38 años, y Carlos Manuel Estévez García, de 28, consiguieron fugarse anoche de la prisión Provincial de Huesca tras secuestrar a un jefe de servicio, seis funcionarios y un maestro. Los reclusos hirieron con un pincho al responsable de servicio de la cárcel, José Sanz Monclús, de 44 años, cuando éste intentaba evitar la acción. Los internos, que cumplían condenas de 32 y 25 años, respectivamente, salieron del centro en el vehículo del director, llevando como rehenes a dos de los funcionarios, a los que amenazaban con armas blancas.

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El motín se inició a las cinco de la tarde , cuando los dos internos secuestraron al jefe de servicio, seis funcionarios y un maestro de la prisión, a los que amenazaron con pinchos fabricados por ellos mismos.Al tratar de impedir la acción, el jefe de servicio José Sanz resultó herido. Este funcionario ingresó a las 20.00 en el servicio de urgencia del hospital San Jorge de Huesca, donde fue atendido de heridas inciso-contusas en la cara y el cuero cabelludo. Debido al cariz de las heridas, el funcionario fue evacuado al hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde quedó ingresado en el servicio de maxilofacial. Su estado no reviste gravedad, salvo complicaciones.

Otros dos funcionarios secuestrados, J. E. C. y J. L. F. R, de 26 y 28 años, respectivamente, también recibieron asistencia médica en el primero de los hospitales citados por padecer una fuerte crisis nerviosa.

Mediador

A las 18.45, los reclusos liberaron al maestro, que se encontraba entre las personas secuestradas, con el fin de que mediara y explicara la situación en la que se encontraban los rehenes. Estos, a los que amenazaron con lanzarles al vacío si no eran atendidas sus peticiones, permanecieron atados de pies y manos en la terraza de la tercera planta del edificio.

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Los dos internos amotinados pusieron como condición para dejar en libertad a los funcionarios que la dirección del centro les facilitara los medios para huir de la prisión, propósito que consiguieron tras cinco horas de tensas negociaciones, en las que participaron el director de la prisión, José Otal, y el gobernador civil de Huesca, Vicente Valero.

Los interlocutores no lograron que los reclusos depusieran su actitud y tuvieron que ceder a sus pretensiones para salvaguardar la integridad física de los rehenes. Los presos, que exigieron en principio un helicóptero para salir de la prisión, emprendieron finalmente la huida en el coche del director, con el depósito de combustible repleto y dos funcionarios como rehenes. Poco antes de las diez de la noche, el director de la prisión salió a la calle, donde tenía estacionado su vehículo, un Peugeot 505 con matrícula de Madrid y, tras repostar en una gasolinera cercana, volvió a entrar en el recinto penitenciario.

Las calles próximas a la prisión, situada en el casco urbano, permanecieron fuertemente vigiladas y acordonadas por la policía, y en las carreteras de salida de la ciudad se montaron varios controles para impedir la huida de los amotinados.

El motín finalizó a las 22.15, cuando el coche del director abandonó el centro penitenciario con cuatro personas en su interior, los dos internos y los dos funcionarios que tomaron como rehenes para facilitar la fuga.

El vehículo, seguido por varios coches policiales camuflados, emprendió la huida a gran velocidad por la carretera N-240, en dirección a Lérida, sin que fuera detenido en el primer control policial colocado a unos 300 metros del centro penitenciario. A la hora de cerrar esta edición se ignoraba el paradero de los fugitivos.

Los sindicatos de Prisiones han convocado para hoy una rueda de prensa para explicar los pormenores del secuestro. Los sindicatos no descartan adoptar medidas de protestas por la situación de inseguridad que se vive en la prisión de Huesca en las últimas semanas.

Precedentes

El último incidente se produjo la pasada semana, cuando un peligroso delincuente, presunto asesino de un ex policía durante un atraco, secuestró durante una hora a dos funcionarios del centro penitenciario para exigir una jeringuilla y 30 gramos de heroína. El recluso José María Pirla Oliván les amenazó con una herramienta del taller y prendió fuego a un bote de cola, lo que provocó un pequeño incendio. Este interno se entregó a las dos horas de iniciarse la acción, en la que resultaron con heridas leves cuatro personas, entre ellas el propio director de la prisión.

El pasado 9 de junio, otros dos reclusos tuvieron retenidos dos horas en su celda a cinco funcionarios, a los que amenazaron con objetos punzantes. En este caso, no formularon ninguna reivindicación. A raíz de este hecho, los sindicatos del centro denunciaron las condiciones de seguridad y clasificación de los internos.

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