El fiscal mantiene su petición de 93 años de cárcel para el presunto violador de Aluche
El fiscal mantuvo ayer su petición de 93 años de cárcel para el presunto violador de Aluche, Miguel Angel García Bardera, de 25 años, al que acusa de haber cometido seis delitos de violación, dos de ellos en grado de tentativa. Por su lado, Antonio La fuente, letrado defensor, criticó el informe del forense que calificaba de "pervertido sexual" a su defendido porque realizó sus acciones fuera de una cama. "Si todo el que hace el amor fuera de una cama es un pervertido sexual, muchos de nosotros también lo seríamos" replicó, antes de reclamar la absolución al tribunal.
El juicio contra ...
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El fiscal mantuvo ayer su petición de 93 años de cárcel para el presunto violador de Aluche, Miguel Angel García Bardera, de 25 años, al que acusa de haber cometido seis delitos de violación, dos de ellos en grado de tentativa. Por su lado, Antonio La fuente, letrado defensor, criticó el informe del forense que calificaba de "pervertido sexual" a su defendido porque realizó sus acciones fuera de una cama. "Si todo el que hace el amor fuera de una cama es un pervertido sexual, muchos de nosotros también lo seríamos" replicó, antes de reclamar la absolución al tribunal.
El juicio contra el violador de Aluche quedó visto para sentencia después de que testificaran cuatro de las seis mujeres supuestamente violadas por García Barberá. Todas declararon a puerta cerrada, salvo una, G. l., que se quedó embarazada tras la agresión y optó por hacerlo a puerta abierta.El fiscal consideró como cargas de prueba el hecho de que las víctimas han reconocido como tal al acusado y la coincidencia de las prendas -camisa negra y botas de color rojo- que llevaba el violador, que la policía decomisó en su casa. También se amparó en el testimonio de García Bardera, el cual al ser detenido confesó haber cometido más de una veintena de delitos sexuales.
Lafuente refutó las alegaciones del fiscal al señalar los defectos procesales del sumario, y en especial la forma en que se desarrollaron las sucesivas ruedas de reconocimiento. También arguyó que no se puede utilizar la ropa como prueba, ya que en Madrid hay miles de heavies con prendas similares.