2.500 funcionarios de Interior muestran en toda España su repulsa a la violencia

Unos 2.500 funcionarios del Ministerio de Interior se concentraron ayer en las principales ciudades de España para expresar su repulsa por los atentados cometidos por ETA el pasado jueves en Madrid en que resultó muerto un teniente del Ejército y heridas muy graves otras tres personas, entre ellas una funcionaria del DNI de la comisaría madrileña de Los Cármenes y su hija.

La principal de las concentraciones se realizó frente a la sede del ministerio en Madrid, donde se congregaron unos mil trabajadores del departamento. Las demás protestas se realizaron ante los gobiernos civiles y las...

Unos 2.500 funcionarios del Ministerio de Interior se concentraron ayer en las principales ciudades de España para expresar su repulsa por los atentados cometidos por ETA el pasado jueves en Madrid en que resultó muerto un teniente del Ejército y heridas muy graves otras tres personas, entre ellas una funcionaria del DNI de la comisaría madrileña de Los Cármenes y su hija.

La principal de las concentraciones se realizó frente a la sede del ministerio en Madrid, donde se congregaron unos mil trabajadores del departamento. Las demás protestas se realizaron ante los gobiernos civiles y las delegaciones del Gobierno. Las concentraciones, que habían sido convocadas por cinco sindicatos -Comisiones Obreras, UGT, CSIF, USO y CGT-, se desarrollaron en todos los casos en silencio y sin incidentes. Una pancarta con el lema "Los trabajadores contra el terrorismo" y dos carteles con las fotos de la funcionaria María Jesús González y de su hija, Irene Villa, encabezaban la concentración en Madrid. María Jesús González, de 40 años, perdió una pierna y parte de un brazo al explotar la bomba colocada en su coche, mientras que su hija Irene, de 13, ha perdido las dos piernas.

Un portavoz de los convocantes leyó al término de la protesta frente a la sede de Interior un comunicado que señala: "El terrorismo es la lacra más importante de la sociedad y todos los ciudadanos somos víctimas potenciales de la violencia".