Pocas esperanzas de que los comicios de Bulgaria acaben con la inestabilidad

Bulgaria, el primer país en celebrar elecciones por segunda vez desde la desaparición del régimen de partido único en la Europa del Este, acude hoy a las urnas para elegir un nuevo Parlamento, que los sondeos vaticinan abocado a la inestabilidad. El Partido Socialista Búlgaro (PSB), heredero del comunista, que goza ahora de mayoría absoluta en la Asamblea, se enfrenta a una oposición fragmentada, pero que uma el 55% de las intenciones de voto.Algo menos de 6,5 millones de electores tienen opción a pronunciarse hoy sobre los 40 partidos que dicen aspirar a los 240 escanos en juego. En realidad,...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Bulgaria, el primer país en celebrar elecciones por segunda vez desde la desaparición del régimen de partido único en la Europa del Este, acude hoy a las urnas para elegir un nuevo Parlamento, que los sondeos vaticinan abocado a la inestabilidad. El Partido Socialista Búlgaro (PSB), heredero del comunista, que goza ahora de mayoría absoluta en la Asamblea, se enfrenta a una oposición fragmentada, pero que uma el 55% de las intenciones de voto.Algo menos de 6,5 millones de electores tienen opción a pronunciarse hoy sobre los 40 partidos que dicen aspirar a los 240 escanos en juego. En realidad, sólo siete de esos grupos cuentan con posibilidades de superar el límite del 4% de los sufragios que permite acceder a la Asamblea nacional. La tarea que tendrá el nuevo Parlamento es acabar definitivamente con las estructuras centralistas y ofrecer al país un Gobierno capaz de emprender las reformas indispensables para sacarle de la profunda crisis económica en que se encuentra y atraer a los remisos inversores extranjeros.

Los sondeos indican que el PSB es el más fuerte de los partidos en liza y podría conseguir el 30% de los sufragios, mientras que las cuatro ramas de la Unión de Fuerzas Democráticas (UFD) logran el apoyo del 55% de la población. Pero tanto los líderes del PSB como fuentes diplomátias dudan mucho que la dividida oposición sea capaz de superar sus diferencias y organizar una coalición de Gobierno estable.

Los analistas esperan que el voto refleje la división entre las zonas rurales, partidarias del PSB, y las urbanas, más inclinadas hacia el UFD, una división ya manifestada en los anteriores comicios. El presidente, Yello Yelev, antiguo líder del UFD ha abandonado su neutralidad y ha pedido el voto para la oposición, pero los diplomáticos estiman que no ha sido capaz de disipar el desconcierto que las profundas divisones del UFD producen en el electorado. "Es lo mismo que el año pasado, un partido político con experiencia frente a una oposición que todavía no ha perdido su inocencia", dice un diplomático.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En