Japón aprueba un plan de ayuda a la URSS por 2.500 millones de dólares

Japón anunció ayer la aprobación de un plan de ayuda económica a la Unión Soviética de 2.500 millones de dólares (275.000 millones de pesetas). La considerable asistencia financiera ha sido dividida en tres paquetes: 1.800 millones para la promoción de¡ comercio y la actividad económica, 500 en equipos médicos y alimentos, y 200 más en asistencia técnica y créditos a la exportación.

"Esperamos que esta medida facilitará la creación de un mejor ambiente entre los dos países", declaró un portavoz del Gobierno. El desembolso de los 2.500 millones estará condicionado a la recepción de garan...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Japón anunció ayer la aprobación de un plan de ayuda económica a la Unión Soviética de 2.500 millones de dólares (275.000 millones de pesetas). La considerable asistencia financiera ha sido dividida en tres paquetes: 1.800 millones para la promoción de¡ comercio y la actividad económica, 500 en equipos médicos y alimentos, y 200 más en asistencia técnica y créditos a la exportación.

"Esperamos que esta medida facilitará la creación de un mejor ambiente entre los dos países", declaró un portavoz del Gobierno. El desembolso de los 2.500 millones estará condicionado a la recepción de garantías por parte de la URSS del cumplimiento de los pagos derivados de su deuda con Japón y a la aplicación de las reformas necesarias para ello. El portavoz de Exteriores no precisó, sin embargo, qué disposiciones y plazos deberá cumplir la precaria hacienda de Moscú, con un sistema económico obsoleto y camino de la bancarrota.El presidente del Gobierno, Toshiki Kaifú, había adelantado la semana pasada la aprobación de una partida humanitaria, cuya cuantía no precisó en ese momento, y subrayó que su concesión no guardaba relación con las próximas discusiones de Bangkok, donde los gobernadores y bancos centrales del Grupo de los Siete estudiarán un apoyo financiero multinacional. El secretario del Tesoro norteamericano, Nicholas Brady, llega hoy a Tokio para debatir esa cuestión con el ministro de Finanzas, Ryutaro Hashimoto, y el de Asuntos Exteriores, Taro Nakayama.

Reclamación territorial

El Gobierno y las empresas japonesas han concentrado su interés inversor en el sureste de la Unión Soviética, y los capitales de varios consorcios nipones han pedido autorización a Moscú para explotar conjuntamente los ricos yacimientos energéticos de esa región. El Gabinete de Kaifu, que siempre había defendido la conveniencia de subordinar un masivo apoyo financiero a Moscú a la profundización democrática, estudia igualmente una moratoria de parte del endeudamiento soviético bilateral, informó ayer el diario Asahi Evening News. El plan de emergencia de 500 millones estará destinado a aliviar este invierno los apuros de la zona más oriental de Rusia.

Japón, cuya resistencia a sufragar los problemas de liquidez de Moscú proviene de la reclamación sobre las islas Kuriles, invadidas en 1945, tiene importantes intereses políticos y económicos en el sureste del territorio continental e insular ruso fronterizo con sus provinclas nórdicas.

"Si Japón proporciona ayuda médica y alimentaria a esa región, colaborará en el ahorro del Gobierno central e indirectamente ayuda a todo el país", dijo Kaifu, consciente también de que una agitación política en la zona podría extenderse peligrosamente por el área de influencia nipona.

Naohiro Amaya, que fue viceministro de asuntos extranjeros en el Ministerio de Comercio Internacional, considera que la devolución de las islas es importante, "pero comparada con la necesidad global de consolidar la democracia en Rusia no es un tema urgente". Políticos del partido en el poder reconocieron que el fracaso del golpe involucionista de este verano ha disminuido el anterior recelo gubernamental a que un masivo apoyo económico a los soviéticos fuera aprovechado para mantener en servicio la poderosa maquinaria industrial que sostiene el poder militar. Cerca del 90% de las instalaciones manufactureras del sureste ruso están todavía relacionadas con el complejo militar, y Tokio, que colaborará en la seguridad de las plantas nucleares, desea su rápida reconversión.

Varias delegaciones de empresas japonesas, relacionadas con el sector pesquero, la agricultura, el transporte y la infraestructura de comunicaciones, han efectuado recientes visitas de inspección por enclaves de aquella región para elaborar estudios de viabilidad inversora y comprobar las penosas condiciones de vida de sus habitantes.

Archivado En