Tribuna:

El coste de la individualidad

"El individualismo resulta costoso entre las masas", reflexionó el sociólogo alemán Max Weber hace casi 100 años, asombrado ante los rascacielos de Nueva York, a los que llamó "fortalezas del capital". Hoy, cualquier malabarista financiero podría añadir como corolario que el coste de la individualidad se mide por el tipo de interés en el mercado monetario, el per medio de las cotizaciones en Bolsa y las contingencias fiscales a la hora de calcular los rendimientos obtenidos. Este coste, que ha puesto en la pendiente a muchos pequeños ahorradores, decide las alternativas de inversión con bajos ...

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"El individualismo resulta costoso entre las masas", reflexionó el sociólogo alemán Max Weber hace casi 100 años, asombrado ante los rascacielos de Nueva York, a los que llamó "fortalezas del capital". Hoy, cualquier malabarista financiero podría añadir como corolario que el coste de la individualidad se mide por el tipo de interés en el mercado monetario, el per medio de las cotizaciones en Bolsa y las contingencias fiscales a la hora de calcular los rendimientos obtenidos. Este coste, que ha puesto en la pendiente a muchos pequeños ahorradores, decide las alternativas de inversión con bajos riesgos. En esta línea, y pensando en términos de estrategias a medio plazo, las carteras vertieron ayer gran parte de sus reservas en el grupo eléctrico, engrosando un flujo de dinero que se mueve al compás de los espasmos del sector público con relación a la reordenación del llamado mapa catalán.

Volviendo a Weber, "el dinero es la marca no sólo de la riqueza, sino de la reputación y la gloria", lo que, aplicado al noble deporte de la inversión, aplaza las ansias inmediatistas de quienes prefieren acariciar sueños de relevancia y al mismo tiempo evita nuevos tropiezos en la piedra de la avaricia.

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