Tribuna:

Ni negocio, ni ideas

Desgaste, compás de espera o indefinición, pero el caso es que la Bolsa no levanta cabeza y que cada vez hay más argumentos en favor de una retirada que de una toma de posiciones. El volumen de contratación, aplicaciones al margen, es un mudo testigo del comportamiento más habitual entre los inversores, que cada vez en un número mayor se deciden por opciones muy lejanas de la renta variable. El juego de los despropósitos en que han entrado los mercados de valores en su interpretación del comportamiento económico es, en buena parte, el responsable de ese alejamiento del dinero de los patios de ...

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Desgaste, compás de espera o indefinición, pero el caso es que la Bolsa no levanta cabeza y que cada vez hay más argumentos en favor de una retirada que de una toma de posiciones. El volumen de contratación, aplicaciones al margen, es un mudo testigo del comportamiento más habitual entre los inversores, que cada vez en un número mayor se deciden por opciones muy lejanas de la renta variable. El juego de los despropósitos en que han entrado los mercados de valores en su interpretación del comportamiento económico es, en buena parte, el responsable de ese alejamiento del dinero de los patios de operaciones, pues es difícil aguantar posiciones comprometidas a la espera de un dato que, al final, no incide en el mercado o provoca un comportamiento negativo.La otra cara de la Bolsa, el juego institucional, apenas ofrece alicientes al inversor particular, ya que los gestores se adaptan mucho a los precios del día en sus movimientos y no dejan margen de maniobra.

El índice se debatió durante toda la sesión entre dos posibilidades, la del goteo de la baja, propia de la ausencia en el parqué de expectativas, o la tranquilidad, fruto ésta de la falta de ideas claras. Al cierre, el resultado fue un recorte en el índice de la Bolsa de Madrid de 27 centésimas.

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