Tribuna:

El señuelo

Todo llega y todo pasa. Lo afirma la copla y lo recuerdan quienes, finalizado el mes de agosto, se disponen a afrontar la dura prueba del regreso. Como si de un señuelo se tratara, sin razones especiales y sin demasiada confianza, la bolsa decidió regalarse a sí misma una significativa subida en el índice general. Asentada en el soporte del 270%, curtida por los acontecimientos de mitad de mes en la URSS y a la espera de verdaderas razones que avalen el riesgo, el mercado decidió ayer, último día hábil de agosto, arroparse con sus mejores galas. Todo sea por atraer a quienes regresan temerosos...

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Todo llega y todo pasa. Lo afirma la copla y lo recuerdan quienes, finalizado el mes de agosto, se disponen a afrontar la dura prueba del regreso. Como si de un señuelo se tratara, sin razones especiales y sin demasiada confianza, la bolsa decidió regalarse a sí misma una significativa subida en el índice general. Asentada en el soporte del 270%, curtida por los acontecimientos de mitad de mes en la URSS y a la espera de verdaderas razones que avalen el riesgo, el mercado decidió ayer, último día hábil de agosto, arroparse con sus mejores galas. Todo sea por atraer a quienes regresan temerosos, intuyendo nubarrones.Fue más una cuestión de voluntad que de realidad. El mercado ha llegado a septiembre como dejó julio: repleto de incertidumbre y desorientado. En este contexto, cualquier acontecimiento negativo someterá al mercado a una nueva y dura prueba. Ayer, lo más significativo fue la mejora en los volúmenes de contratación, lo que es la mejor prueba de que las cosas tienden a la normalidad y de que el verano es ya un simple recuerdo.

Destacó también, por la importancia de la transacción (más de 5.300 millones de pesetas) la venta a BP del 2,01% de la Corporación Banesto como parte del cierre de la operación de venta de Petromed.

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