México estrena un nuevo código electoral

Los mexicanos estrenaron ayer un nuevo código electoral en unos comicios que constituyen un auténtico referéndum sobre la gestión del presidente Carlos Salinas de Gortari, en el ecuador de su mandato constitucional de seis años. La jornada transcurrió en un clima de tranquilidad y estuvo precedida por incesantes llamadas del poder político para que se desarrollara dentro de la mayor legalidad y transparencia posibles. La propia policía, en un intento de contribuir a mejorar el clima cívico, optó por dejar sus armas en los cuartelillos y asumió el riesgo de patrullar en torno a los colegios ele...

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Los mexicanos estrenaron ayer un nuevo código electoral en unos comicios que constituyen un auténtico referéndum sobre la gestión del presidente Carlos Salinas de Gortari, en el ecuador de su mandato constitucional de seis años. La jornada transcurrió en un clima de tranquilidad y estuvo precedida por incesantes llamadas del poder político para que se desarrollara dentro de la mayor legalidad y transparencia posibles. La propia policía, en un intento de contribuir a mejorar el clima cívico, optó por dejar sus armas en los cuartelillos y asumió el riesgo de patrullar en torno a los colegios electorales sólo con el uniforme y la placa como únicos símbolos distintivos dé su autoridad.

Al cierre de esta edición, una vez transcurridas ocho horas de votación, la normalidad imperaba. Los pocos incidentes registrados estuvieron relacionados con retrasos en la apertura de las casillas o colegios electorales, o con la impuntualidad o inasistencia de algunos responsables de mesa. El portavoz electoral, Rafael García Garza, informó a medianoche (hora española) que el 98% de las casillas funcionaron desde el primer momento, "lo que ya es un éxito".Las elecciones de ayer van a renovar la totalidad de la Cámara de Diputados y la mitad del Senado. Servirán también para renovar los gobernadores de seis Estados, de 209 alcaldes, 146 diputados locales y 66 asambleístas de México, Distrito Federal.

El gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), que ha hecho tina campaña con gran alarde publicitario como ganador de estas elecciones, según las encuestas. Sin embargo, su recuperación está íntimamente asociada a la política desarrollada por el Gobierno en estos tres últimos años, que está transformando la economía del país sin descuidar el gasto social.

Dos serios contrincantes

El Partido de Acción Nacional (PAN), la derecha clásica mexicana, y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que lidera Cuauhtémoc Cárdenas, son las dos fuerzas opositoras, de las nueve formaciones políticas que concurrieron a los comicios, que más votos pueden mermar al PRI. Los Estados de Guanajuato y San Luis Potosí, especialmente, se han convertido en verdaderos laboratorios donde se mide la distribución real de fuerzas en este país.Pese a que el fantasma del fraude -una práctica habitual en anteriores votaciones- está presente en la mente de muchos mexicanos, el Gobierno de Carlos Salinas ha hecho un importante esfuerzo económico y humano para que esta jornada electoral concluya dentro de la mayor transparencia. Ello le permitirá demostrar, no sólo ante sus compatriotas sino ante los países que siguen con especial interés la democratización del sistema mexicano, que puede ganar la legitimidad que dudosamente obtuvo en las elecciones presidenciales de 1988.

Salinas ofreció a los mexicanos un sistema electoral teóricamente alejado de cualquier duda o sospecha de fraude. Por primera vez, se ha hecho en México una distribución medida y exacta de los colegios electorales. De los 43,5 millones de mexicanos mayores de 18 años, 36,3 millones recibieron sus credenciales para votar y fueron convocados a acudir a 88.308 colegios electorales, 26.775 de los cuales se encuentran en zonas rurales. Cada uno de ellos disponía de urnas transparentes para cada votación, sea federal o local, y en ellas no se podían depositar más de 750 papeletas, tantas como el registro de votantes de cada colegio.

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Estas modificaciones del sistema electoral, alcanzadas después de dos reformas constitucionales pactadas con la oposición, han proporcionado al país un nuevo código electoral. Se ha renovado el padrón, y se ha creado un organismo -el Instituto Federal Electoral (IFE)- regulador de las elecciones y un tribunal que resolverá cualquier tipo de queja ciudadana.

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