Las prostitutas también tienen raíces

La sede de la Asociación para la Prevención y Reinserción de la Mujer Prostituida que Matanzo quiere cerrar es un piso de 85 metros cuadrados en cuyas paredes pueden verse carteles con la conjugación exacta del verbo haber, dónde y cómo usar la b y la v y normas básicas sobre nutrición. Rocío Nieto, presidenta de la asociación, se niega a llamar a este centro zona de descanso. "Aquí no viene nadie a descansar. La policía ha comprobado que no hay camas, sólo utilizamos el lugar como centro de atención, como oficina".Hace seis años que existe como asociación, pero fue en julio de 1990 cua...

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La sede de la Asociación para la Prevención y Reinserción de la Mujer Prostituida que Matanzo quiere cerrar es un piso de 85 metros cuadrados en cuyas paredes pueden verse carteles con la conjugación exacta del verbo haber, dónde y cómo usar la b y la v y normas básicas sobre nutrición. Rocío Nieto, presidenta de la asociación, se niega a llamar a este centro zona de descanso. "Aquí no viene nadie a descansar. La policía ha comprobado que no hay camas, sólo utilizamos el lugar como centro de atención, como oficina".Hace seis años que existe como asociación, pero fue en julio de 1990 cuando el 1º izquierda del número 14 de la plaza del Ángel quedó abierto al público, según sus responsables, "para ayudar a la reinserción voluntaria de las prostitutas de la zona. Por eso debemos estar aquí y no en el extrarradio. Aquí están ellas, sus chulos, sus problemas. Aquí es donde podemos ayudarlas. En este oficio también se echan raíces y hay mujeres que llevan desde los 14 años en la calle. A las denuncias sobre falta de habitabilidad respondemos que también a nosotros nos gustaría disponer de despachos grandes y lujosos".

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Rocío Nieto reunió a los periodistas en torno a una mesa en una pequeña habitación, en cuyas paredes pueden verse carteles con la conjugación exacta del verbo haber, dónde y cómo usar la b y la v y normas básicas sobre nutrición.

Desde su apertura han pasado por la asociación más de 400 prostitutas entre los 18 y 75 años. Ocho de ellas han cambiado la esquina por la cocina de un bar, una fábrica de muebles, tareas de jardinería, un comercio, estudios de secretariado o costureras de tapices. Casi 60 se benefician de los planes de reinserción, a través de los cursos que les proporciona la asociación y por los que cobran 28.000 pesetas mensuales, "gracias a los 20 millones de pesetas subvencionados por la Comunidad y el futuro apoyo del Ministerio de Asuntos Sociales".

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