A vueltas con la salsa

La salsa ha desembarcado en España. Ha venido para quedarse y está creando escuela. Una escuela de miles de seguidores que todos los fines de semana llenan las discotecas para bailar este ritmo caliente. Entró en España furtivarnente hace seis o siete años con el inmigrante ilegal más famoso del país: Pedro Navaja. Ahora ya puede demostrar el arraigo necesario para obtener permiso de residencia y trabajo."La salsa está mucho más cercana a nuestra vida que músicas corno el rock o el rap, que tan sólo son culturas cinematográficas importadas". Así opina Rodolfo Poveda, presentador de...

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La salsa ha desembarcado en España. Ha venido para quedarse y está creando escuela. Una escuela de miles de seguidores que todos los fines de semana llenan las discotecas para bailar este ritmo caliente. Entró en España furtivarnente hace seis o siete años con el inmigrante ilegal más famoso del país: Pedro Navaja. Ahora ya puede demostrar el arraigo necesario para obtener permiso de residencia y trabajo."La salsa está mucho más cercana a nuestra vida que músicas corno el rock o el rap, que tan sólo son culturas cinematográficas importadas". Así opina Rodolfo Poveda, presentador de Trópico Utópico, un programa de radio dedicado a la salsa y a otros ritmos tropicales y africanos. También es disc jockey de uno de los locales salseros más populares de la capital: La Habana. Desde su privilegiado islote observa cada noche lo que ocurre: "En la salsa hay más cambio de parejas que en cualquier otra música. A las españolas les gustan los. hombres que saben bailar, y los negros espe cialmente. Está muy bien", añade, "porque con hijos mulatos, ¿cómo se puede ser xenófobo?".

Seju Monzón, cantante de El Combo belga y dueño de El Café del Mercado, comparte esta opinión. En su local, uno de los primeros que puso salsa en Madrid, "se liga muchísimo". "Cuando bailas esta música, el contacto fisico es inmediato. Sientes cómo huele tu pareja; es pura atracción animal: el alcohol, el tacto, el aroma, el sabor".

A Monzón le enseñó a bailar una cubana en Puerto Rico, pero no hace falta irse tan lejos para aprender a tirar paso salsero. A Gladys Palmera, presentadora del programa Sabrosura, le da clases -a 1.250 pesetas la hora- un colombiano en una discoteca. "Salsa y sexo van de la mano", afirma Palmera. "A los españoles lo que más les gusta es la erótica".

Hay locales salseros para todos los gustos: desde los "finos" como Chic Bianco, pasando por Salsipuedes hasta los "marginales" corno Lady's.

En cualquier caso, la salsa será el gran negocio de estos meses. Los empresarios ya han tomado cartas en el asunto. Las gíras de Rubén Blades, Los Van Van, Joe Arroyo, Juan Luis Guerra y El Gran Combo así lo demuestran.

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De Joe Arroyo dicen que es un cruce excepcional entre Celia Cruz y Beny Moré. Un personaje así sólo podía nacer frente al Caribe y ser hijo de alguien apodado Negro Chombo, semental hacedor de 39 hijos. Como todos los salseros, actúa junto a la friolera de 15 músicos, que con él simbolizan un nuevo estilo musical en el Caribe. El colombiano actúa el próximo día 8 en el Centro Cultural Conde Duque.

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